Camino del hospital


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Como para muchas otras personas, mi trabajo está lejos de donde vivo (al menos por el momento), de modo que tengo que desplazarme en coche, pues carezco de un servicio público (tren o bus) que se ajuste a mi horario laboral. Salgo de casa temprano, hacia las 6.30am, y me espera casi una hora de conducción hasta el hospital. Al principio iba con compañeras, pero, a mi edad, la puntualidad y seguridad en el coche se valoran mucho, de modo que he acabado yendo solo.



En ese tiempo, escucho la radio, rezo y pienso. Las noticias en la Cope y luego Radio María. Durante estas semanas, escuchar lo que ocurre en el país me produce ansiedad y zozobra. La radio nos comunica malas noticias y peores realidades: apenas salidos de una pandemia que ha devastado el país, nos encontramos en una crisis política sin precedentes cercanos. El sentido común ha saltado por los aires y la mentira y la arbitrariedad se han convertido en clave de Gobierno.

Médico general

Al mal se le llama bien

Al mal se le llama bien, y al bien, mal. No debemos olvidar que, en el Evangelio de Juan, Jesús llama al diablo (simbolización del mal) el “príncipe de la mentira”. Frente a la verdad, la mentira tiene un poder esclavizante y destructor.

Tras escuchar las amarguras y maldades que se comunican en las noticias, me refugio en lo que transmite Radio María a esas horas: oraciones pausadas, el ejemplo del Santo del día, un fragmento del Evangelio. Me ayuda a encarar la jornada, porque intento evadirme de tanto ruido, ansiedad y frustración, consciente de que el coche me acerca a un destino donde los pacientes necesitan lo mejor de mí, tal como he mencionado otras veces.

“Cerca está el Señor”

De modo que canturreo: “Cerca está el Señor, en el anciano en su vejez, en el hospital junto al enfermo”. Ese es mi lugar de encuentro, al que me dirijo cada mañana, y rezo para que el Dios cristiano me ayude a hacer mi trabajo lo mejor posible, a pesar de mis carencias y limitaciones. Oraciones sencillas, que aprendí de niño: el Padrenuestro, Ave María, algunos salmos donde se pide ayuda y claridad.

Luego vendrá preguntarse qué puedo hacer como ciudadano individual en este momento histórico, pero, por el momento, lo prioritario es cuidar a los pacientes que cada día me tocan, en planta o urgencias, y hacerlo lo mejor posible. Todo lo demás, durante estas horas, es secundario y deberá esperar.

Recen por los enfermos y por quienes les cuidamos. Y por España.