Aura Dalia Caicedo. Red de Mujeres Afrocolombianas Kambirí

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“Buenaventura es un territorio desangrado”

Aura Dalia Caicedo, integrante de la Red de Mujeres Afrocolombianas Kambirí, inició su trabajo social durante la década de 1970, en el seno de la Iglesia de Buenaventura (Valle del Cauca). El legado del “hermano mayor”, como aún hoy se le llama cariñosamente a monseñor Gerardo Valencia Cano (1917-1972) en el Pacífico, marcó  su comprensión del Evangelio y de una vida cristiana determinada por la necesidad de integrar lo social, lo político y lo cultural.

Kambirí traduce “permíteme entrar a esta familia”. La red reúne a miles de mujeres a lo largo y ancho del país, a partir del interés de reivindicar sus derechos y formar liderazgos para el empoderamiento. “Nuestros territorios se encuentran marcados por el olvido y abandono por parte del Estado”, denuncia Aura Dalia; “ser una mujer afro es afirmar que estamos en este país y tenemos que ganarnos unas oportunidades teniendo en cuenta el contexto de vulnerabilidad y violencia en que nos encontramos”.

Con 15 años de existencia, la red es admirada por su espíritu, su esquema operativo y su proyección, siendo una de sus líneas de acción la Escuela de Formación Etnocultural, Política y de Género. Junto a un grupo de jóvenes músicos de Buenaventura y otras integrantes de la red, Aura Dalia dio apertura simbólica al III Encuentro Nacional de la Mesa Ecuménica para la Paz, llevado a cabo hace unas semanas en Bello (Antioquia) con el fin de definir el aporte de distintos sectores cristianos de base en el actual proceso de paz. Kambirí animó un rito colorido, perfumado de incienso, en el cual se profundizó el Amor eficaz artísticamente a través de la danza, la poesía y la música. Vida Nueva intercambió algunas palabras con esta líder social con la intención de conocer, por una parte, cuáles son los clamores de las mujeres de Buenaventura y, por otra parte, cuáles son las apuestas de Kambirí a nivel local.

¿Qué lugar ocupa hoy en su vocación la movilización de la mujer negra?

Es una apuesta organizativa como mujeres y como mujeres afro, abiertas y hermanadas con el movimiento social de mujeres, tanto a nivel del país como a nivel continental. Intentamos, de alguna manera, estar en consonancia con eso que la vida nos ha puesto y con aquello a lo que queremos responder.

Pero además sentirlo. Uno  lo hace porque siente que es el mandato o la razón por la cual uno existe en este planeta Tierra. Y uno va priorizando. De varios sectores en los que en el curso de mi vida he podido aprender, acompañar y aportar, he ido decantando y he ido aterrizando en el tema de las mujeres. Pero mujeres, también, sabiendo que tenemos que trabajar con los niños, con los jóvenes, con los adultos mayores. 

DSC03045¿Cómo entender el Amor eficaz en una región como Buenaventura?

Amor eficaz en mi región es sentido de pertenencia. Amor eficaz con mi región son los valores culturales y ancestrales que he aprendido y que están en mi territorio. Amor eficaz en mi terruño es soñar, luchar por él, con él, con su gente. Amor eficaz es ser coherente con el Evangelio. Es la respuesta a la fe. Es poner en práctica aquello que se profesa, aquello que creemos pero que no es en el aire, es aterrizado, se encarna, se pisa, como que se muele, se acaricia. Es ese suelo amado, es mi tierra, es mi terruño y es mi gente.

¿Cuál ha sido su acompañamiento a este grupo de jóvenes músicos?

Con los jóvenes ha sido un aprender y crecer con ellos de hace muchos años, desde que eran muy chicos, inclinados ellos a la parte musical, pero sobre todo a la música nuestra, la música del Pacífico, el legado ancestral de la marimba de chonta y de nuestros tambores, que comunican. Y empezamos hace mucho rato a componer algunas canciones, justamente, para ser introducidas en las celebraciones eucarísticas, porque la misma Escritura dice: alábenlo con tambores, con cítaras, con arpas, es decir, “con todo aquello que ustedes tienen”; y “lo que ustedes tienen” es lo que tiene la cultura. Entonces empezamos a hacer un trabajo con ellos. Luego han seguido su propio ritmo y ahora son unos artistas muy reconocidos, ganadores del festival Petronio Álvarez. En los momentos en que necesitamos el acompañamiento estamos con ellos, son como los hijos allí, los hermanos, sobrinos, parte de esa familia extensa.

¿Cuáles son los clamores de las mujeres en Buenaventura?

Justicia. En Buenaventura han ocurrido muchas cosas no gratas que a veces no se quieren mencionar, por la misma dureza. Pero el clamor sigue siendo la justicia. Otro clamor: oportunidades de estudio;  a nivel profesional, carreras universitarias. Y a nivel laboral. Pero también cómo avanzar en que cada vez las mujeres tengamos más herramientas en ese tema de reivindicación de nuestros derechos. Un grito grande de las mujeres también es el poder abrazarnos en la paz, porque Buenaventura es un territorio desangrado, masacrado, y allí las que llevan la peor parte son las mujeres. Ellas entierran a sus hijos o, a veces, no los pueden enterrar; ni a sus esposos… el mirarse y ver que en un determinado momento no se pueda salir de su barrio, de su comunidad… entonces hay llantos, hay gritos, hay clamores, hay angustia, y eso tiene una respuesta: la paz. Pero esta se dará cuando las condiciones de vida cambien de manera concreta y real para una comunidad y para un pueblo donde la mujer es eje articulador de la familia y de la sociedad.

Oración por la paz en el Pacífico

DSC03058“Hoy, igual que ayer, comunidades afrodescendientes e indígenas siguen siendo maltratadas. Realidades como la exclusión, la discriminación, la violencia, el desplazamiento forzado con miles de atropellos, etnocidios y genocidios, imponen terror y miedo en territorios ancestrales. Clamamos por una vida en paz, con libertad y justicia. Nuestro clamor sea también el grito de respuesta (…).

Clamamos por el dolor causado en la vida de mujeres, los llantos de los niños, la impotencia asfixiante de los abuelos, jóvenes acorralados en las diferentes fuerzas negativas que ensombrecen comunidades barriales. Pero con los mejores recuerdos de aquellos que sembraron, retomamos el sí del compromiso, de lo posible, de la esperanza; caminos de liberación con gozo, amor y paz. Por eso soñamos, nos movilizamos, nos encontramos en espacios fraternos” (Aura D. Caicedo).

Texto: Miguel Estupiñán Fotos: VNC

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