En su toma de posesión, mostró gran cercanía con su predecesor, el ya emérito José Sánchez
MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | El pasado 2 de abril, Atilano Rodríguez tomó posesión de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara. La ceremonia tuvo lugar en la catedral seguntina, precedida de su entrada en la ciudad (siguiendo una entrañable tradición que ya solo permanece en muy pocas diócesis) a lomos de una mula. Una treintena de obispos le acompañó, así como el nuncio Renzo Fratini, una amplia representación institucional y una multitud de fieles que llenaron el templo.
En su homilía, el hasta ahora obispo de Ciudad Rodrigo se refirió a su nueva diócesis glosando su “rica y milenaria tradición cristiana”, que ha dado numerosos “santos, mártires y beatos”. “Con todos vosotros, mis queridos diocesanos, quiero amar y mantener vivos en la mente y en el corazón estos testimonios de santidad, de heroísmo cristiano y de servicio a la humanidad”, manifestó. Citando a san Agustín, les pidió que le ayudaran “a ser con vosotros un buen cristiano y para vosotros un buen obispo”.
A continuación, se refirió cariñosamente a su antecesor, José Sánchez: “Le agradezco de corazón sus desvelos apostólicos y le pido al Señor que premie abundantemente su amor a la Iglesia, su fidelidad al Evangelio y su cercanía a los más necesitados de la sociedad. Y, al mismo tiempo que doy gracias a Dios por el regalo de su persona y de su bondad, quiero decirle también, aunque ya lo sabe, que aquí tendrá siempre las puertas abiertas de nuestro corazón y una casa en la que morar cuando lo estime oportuno”.
Sánchez, desde ahora emérito de la diócesis, le devolvió el saludo con unas no menos afectuosas palabras: “Querido hermano Atilano: tus nuevos diocesanos de Sigüenza-Guadalajara te recibimos con los brazos abiertos y el corazón bien dispuesto. Pronto podrás comprobar lo que tantas veces me repetía a mí nuestro antecesor de feliz memoria, don Jesús Pla y Gandía: ‘Las gentes de Sigüenza-Guadalajara son muy buenas y los sacerdotes son muy buenos, muy buenos’”.
Al día siguiente, Atilano Rodríguez celebró una eucaristía en la concatedral de Guadalajara, la otra sede de la diócesis. Haciendo referencia a las lecturas del cuarto domingo de Cuaresma, llamó a “redescubrir la presencia del Señor en medio de nosotros”.
En el nº 2.749 de Vida Nueva.
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