La crisis y el Valle de los Caídos

ÁNGEL GARCÍA RODRÍGUEZ, O.SS.T. BUENOS AIRES | Hasta Buenos Aires llegaron hace días estos titulares: “Retirarían a Franco del Valle de los Caídos. (…) La propuesta debe ser autorizada por la Iglesia”. Tras leer esta ridícula noticia, comparto lo que comentaban varios argentinos: “¡Che, vaya boludeces y preocupaciones en las que andan los gallegos! Está toda España endeudada, tienen el mayor índice de paro de la Unión Europea… y ahora se preocupan de desenterrar a los muertos en lugar de poner todas sus fuerzas en salir de la crisis”.

Yo creo que el verdadero problema del Valle de los Caídos no está en los huesos muertos de Franco, sino en los huesos vivos de tantos españoles que lo están pasando mal y viven en un verdadero “valle de los caídos” por culpa de la crisis.

Hemos confundido la “memoria histórica” con desenterrar muertos, colocarlos en el banquillo y juzgarlos.Y pregunto a los defensores ortodoxos de esta memoria de desenterrar muertos: ¿por qué no piden también sacar de la catedral de Granada los restos de los Reyes Católicos? Pues, según la verdad de la historia, los Reyes Católicos ni fueron tan democráticos ni tan católicos. Ahí está el hecho de la conquista de Málaga en 1487: los Reyes, tras conquistar la ciudad, vendieron cautivos y esclavos moros por todos lados para pagar gastos.

¿Y si los latinoamericanos nos reclamaran a los españoles la memoria histórica de los más de cinco millones de indios muertos en las minas por los conquistadores ansiosos de oro? ¿Por qué España no es fiel a esa memoria histórica y devuelve todo el oro que robó?

Ante tantas sombras y contradicciones, no removamos más el pasado con tanto cacareo de “memoria histórica”. Aceptemos la historia con sus luces y sombras, y no juzguemos ni condenemos. Como bien dice Jesús en el Evangelio: “Dejad que los muertos entierren a sus muertos. Vosotros construid el Reino de Dios”.

Amigos políticos, dejen tranquilo a Franco y a los muertos en el Valle de los Caídos. Y preocúpense por levantar del valle de los caídos por la crisis a tantas familias, jóvenes y jubilados, golpeados por el paro, la congelación de las pensiones, el hambre y la falta de oportunidades.

En el nº 2.780 de Vida Nueva.

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