Francisco advierte sobre los “prejuicios e informaciones imprecisas o ideológicas” alrededor de la migración

El Papa ha recibido hoy a los participantes en la Consulta ‘Cuidar es trabajo, trabajo es cudar’

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El papa Francisco ha recibido hoy en audiencia a los participantes en la Consulta ‘Cuidar es trabajo, trabajo es cuidar’, organizada por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. En su discurso, ha subrayado cinco cuestiones “que son de crucial importancia para la sociedad en su conjunto. Me gustaría recordarles brevemente”.



“En primer lugar”, ha señalado el Papa, es necesario el “trabajo decente e industrias extractivas”. “Como recordé también en la encíclica Laudato si’, las exportaciones de algunas materias primas con el único fin de satisfacer los mercados del Norte industrializado no han estado exentas de graves consecuencias, incluida la contaminación por mercurio o dióxido de azufre en las minas”, subrayó. Por eso, “es fundamental que las condiciones de trabajo estén conectadas con los impactos ambientales, prestando mucha atención a los posibles efectos en términos de la salud física y mental de las personas involucradas, así como de la seguridad”.

Un segundo tema que ha tratado el Papa es el del trabajo decente y la seguridad alimentaria. “Los desastres naturales y las condiciones climáticas extremas, ahora intensificadas por el cambio climático, además de las crisis económicas, son otros factores importantes que determinan la inseguridad alimentaria, vinculada a su vez a algunas vulnerabilidades estructurales como la pobreza, la alta dependencia de las importaciones de alimentos y la precariedad de las infraestructuras”, ha explicado.

“No debemos olvidar, entonces”, ha continuado, “una tercera cuestión que se refiere a la relación entre trabajo decente y migración”. “Por muchas razones, muchas personas emigran en busca de trabajo, mientras que otras se ven obligadas a hacerlo para escapar de sus países de origen, a menudo desgarrados por la violencia y la pobreza”, ha aseverado. “Estas personas, también por prejuicios e informaciones imprecisas o ideológicas, muchas veces son vistas como un problema y un aumento de los costos de una nación, cuando en realidad, trabajando, contribuyen al desarrollo económico y social del país que las acoge”, ha subrayado el Papa.

Cuidar la casa común

A este respecto ha subrayado también la baja tasa de natalidad, ya que “los países ricos no tienen hijos: todos tienen un perro, un gato, todos, pero no tienen hijos. La tasa de natalidad es un problema y la migración ayuda a la crisis que provoca la tasa de natalidad”, lo cual es “un problema muy serio”. Sin embargo, “muchos migrantes y trabajadores vulnerables aún no están plenamente integrados en la plenitud de sus derechos, son ‘segundos’ ciudadanos y siguen excluidos del acceso a servicios de salud, tratamiento, asistencia, planes de protección financiera y servicios psicosociales”.

Siempre desde esta perspectiva, Francisco ha señalado que “es importante centrarse en la relación entre trabajo decente y justicia social”. De hecho, existe “un riesgo que corremos en nuestras sociedades actuales es el de aceptar pasivamente lo que sucede a nuestro alrededor, con cierta indiferencia o porque no estamos en condiciones de enmarcar problemas a menudo complejos y encontrarles respuestas adecuadas. Pero esto significa dejar que las desigualdades e injusticias sociales crezcan incluso en lo que respecta a las relaciones laborales y los derechos fundamentales de los trabajadores”.

Finalmente, el último aspecto que ha considerado es el del trabajo digno vinculado a la transición justa. “Teniendo en cuenta la interdependencia entre trabajo y medio ambiente, se trata de repensar los tipos de trabajo que deben promoverse para cuidar de la casa común, especialmente en función de las fuentes de energía que requieren”, ha apuntado.

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