Kirill expulsa del sacerdocio a su ex secretario por criticar la guerra de Ucrania

“La Iglesia Ortodoxa Rusa proporcionó las ideas y el Kremlin proporcionó las armas”, afirma Cyril Hovorun

Cyril Hovorun

Ha sido sacerdote e incluso llegó a ser secretario del Patriarca Kirill de Moscú. Sin embargo, el sacerdote ortodoxo y profesor de eclesiología Cyril Hovorun se ha hecho conocido por sus críticas al Kremlin y a la relación entre la Iglesia ortodoxa rusa y la guerra que se está librando en Ucrania. Y esto ha tenido consecuencias: a finales de septiembre fue suspendido del sacerdocio.



“Desde 2012 he criticado repetidamente en diversas publicaciones y conferencias la ideología del ‘mundo ruso’, es decir, la primacía incondicional de Rusia en el territorio de la antigua Unión Soviética. Intenté advertir al patriarca sobre los peligros de esta ideología, pero no me escuchó. Para darle una última advertencia, decidí renunciar a todos mis puestos en la administración de la iglesia y dedicarme al trabajo académico en varios países”. Así lo explica en una entrevista con Katholisch. Pero aquello fue en febrero de 2012, y, apenas unos años después, comenzaba la invasión rusa en el Dombás.

“A medida que la guerra se intensificó en febrero de 2022, mis críticas también se hicieron más agudas. He visto con mis propios ojos la destrucción, la muerte y el sufrimiento que esta ideología ha traído a los ucranianos. No pude quedarme callado”, añade en la entrevista.

“La guerra no existiría sin la Iglesia ortodoxa rusa”

Asimismo, el ahora ex sacerdote considera que es “muy posible” que la guerra “no hubiera ocurrido sin la contribución ideológica de la Iglesia rusa”. “Normalmente explico que la fórmula para la guerra en Ucrania es: ideas más armas, exactamente en ese orden. Las ideas vinieron primero. Se remontan a siglos en los que los rusos creían que tenían una misión especial de Dios para salvar a la humanidad”, señala. “Cuando Putin asumió la presidencia de Rusia en 2000, no tenía esas ideas. Fue sólo gracias a la influencia de Kyrill que se le ocurrieron tales ideas en 2012. En otras palabras, la Iglesia Ortodoxa Rusa proporcionó las ideas y el Kremlin proporcionó las armas. Combinados, hicieron posible la guerra en Ucrania”.

Por otro lado, advierte que “para la mayoría de los defensores entre los ortodoxos rusos, la guerra es sagrada” y, precisamente por esto, “seguirán creyendo en ello incluso después de la derrota de Putin”. “Este es un problema para el período posterior a la guerra; continuará en la mente de muchos ortodoxos rusos. Esto, a su vez, es un problema para los vecinos de Rusia, que siguen siendo vulnerables a nuevos brotes de agresión rusa. La sociedad rusa y la Iglesia deben cambiar su perspectiva sobre lo sucedido, de lo contrario seguirán siendo siempre parte del problema”.

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