David Abadías ya es obispo auxiliar de Barcelona: dispuesto “a caminar en medio del pueblo”

El cardenal Juan José Omella presidió la celebración en la basílica Sagrada Familia y pidió al nuevo prelado que cultive la “cercanía con Dios, con los otros obispos, con los sacerdotes y con el pueblo de Dios”

La basílica Sagrada Familia ha acogido esta mañana la ordenación episcopal de David Abadías Aurín, nuevo obispo auxiliar de Barcelona. Una celebración que ha contado con 1.400 fieles, entre ellos 246 concelebrantes arropando al nuevo prelado, incluyendo 15 obispos y los cardenales Lluís Martínez Sistach y Juan José Omella, que ha presidido la celebración. También estaban presentes los padres y familiares del nuevo obispo.



El poder del servicio

En su homilía, el cardenal Omella ha recomendado que “es bueno no olvidarnos de donde venimos”, ya que “el obispo no viene de un laboratorio, sino que ha salido del pueblo. Por eso, un obispo y cualquier cristiano hace falta que siempre recuerde que todo es gracia”. “No tenemos que vanagloriarnos de nada ni envidiar nada, porque Dios distribuye sus dones gratuitamente y siempre al servicio de la humanidad. No podemos exigir nada, sino agradecerlo todo”, añadió pidiendo al nuevo obispo que agradezca todo los vivido. “El Señor te llama a seguirlo con generosidad y con alegría, unido a tus hermanos obispos y en estrecha colaboración con los presbíteros que tienes que cuidar y orientar”, añadió.

“Déjate siempre llevar por el Señor, el Buen Pastor, que guía la manada. Si te pones dócilmente en sus manos, Él hará maravillas a través de tu persona y, casi siempre, sin que tú lo percibas”, alentó Omella poniendo el ejemplo de la “sencillez y humildad” María. Ya que, continuó, “como nos recuerda el papa Francisco en varias ocasiones, el verdadero poder es servicio”. “Servir a Dios y servir a los hermanos, a todos, especialmente a los más necesitados, y hacerlo con amor y alegría. No se trata de escalar puestos o responsabilidades, aspiración mundana, sino seguir el ejemplo de Jesucristo”, reitero. Omella le pidió ejercer las “cuatro cercanías del Obispo” que marca el papa Francisco, la “cercanía con Dios, con los otros obispos, con los sacerdotes y con el pueblo de Dios”. Por ello, propuso “la bella imagen del Obispo pastor que, a veces va delante del pueblo, en otras ocasiones camina en medio y, cuando es necesario, se sitúa también detrás, caminando al ritmo de los más lentos, de los más necesitados, de los más excluidos”.

“El sí incondicional de María le lleva a iniciar un camino de continuas cruces”, prosiguió Omella, ya que “el camino de la salvación, del amor y de la vida, tarde o temprano, pasa por la cruz”. “No olvides que llevar la cruz colgada en el pecho es fácil; es más complicado llevar la cruz de cada día y hacer nuestras las cruces de los hermanos”, interpeló al nuevo prelado.

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