Las 6 reflexiones de la Iglesia colombiana sobre el paro cívico

  • Este 21 de noviembre sindicatos, indígenas, estudiantes y sectores sociales colombianos han convocado a una protesta nacional en rechazo a la reforma laboral, la reforma pensional, la corrupción, entre otros
  • La Conferencia Episcopal de Colombia insta a “construir la unidad de la nación a pesar de las diferencias”

Este 21 de noviembre sindicatos, indígenas, estudiantes y sectores sociales colombianos han convocado a un paro cívico nacional en rechazo a diversos temas puestos en la agenda pública como la reforma laboral, la reforma pensional, la corrupción, el aumento de las tarifas de energía y la rebaja de impuestos a las grandes multinacionales, la dignificación de salarios. Mientras sectores del gobierno señalan que las motivaciones de la protesta se fundamentan en mentiras, los organizadores acusan al gobierno de criminalizar la movilización.

El clima está muy tenso, por ello la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) ha propuesto 6  reflexiones para que los ciudadanos vivan esta jornada en un ambiente de paz, concordia, responsabilidad  y libertad. Así lo han hecho saber en un comunicado sus autoridades: Oscar Urbina, arzobispo de Villavicencio y presidente, Ricardo Tobón, arzobispo de Medellín y vicepresidente, y  Elkin Álvarez, obispo auxiliar de Medellín y secretario general.

También han recordado que este domingo, 17 de noviembre, se sumarán a la Iglesia universal en la celebración de la Jornada Mundial de los Pobres para orar especialmente por el país, por lo que invitan a todas las parroquias de las 76 jurisdicciones eclesiales a unirse a este importante evento.

1. Construir la unidad

Con las palabras del papa Francisco durante su visita a Colombia en 2017 inician los prelados sus reflexiones, las cuales hoy como nunca tienen un especial significado en virtud del clima de polarización generado con la convocatoria del 21 de noviembre.

En esa ocasión Francisco recordó a los colombianos: “No decaigan en el esfuerzo por construir la unidad de la nación y a pesar de los obstáculos diferencias y distintos enfoques sobre la manera de construir la convivencia pacífica persistan en la lucha para favorecer la cultura del encuentro”.

2. Problemas aún no superados

Los obispos han expresado que “ciertas movilizaciones ciudadanas revelan graves problemas que no hemos logrado superar”, por tanto “tienen su origen y su expresión en la corrupción, la inequidad social, el desempleo”. Son temas que han venido denunciando en diversas ocasiones.

Además a esto se le suma “cansancio y descontento” de amplios sectores de la población que tienen imposibilidad para acceder a los servicios básicos de alimentación, salud y educación. Especialmente agudizados por las grandes olas migratorias internas y externas como el recrudecimiento del conflicto armado en algunos territorios del país.

3. No ser instrumentalizados

Las Iglesia colombiana, en voz de sus obispos, ha reiterado una vez más que “estas movilizaciones son un derecho democrático” y una viva “expresión de libertad y de responsabilidad ciudadana”, establecido como un derecho constitucional y universal, por lo cual todo ciudadano puede libremente ejercer.

Lo que sí recomienda el episcopado es evitar prestarse a “los intereses personales o de grupos ni a la implantación de ideologías o propósitos ajenos a la vida de nuestras comunidades” todo ello para que la protesta cívica tenga “un verdadero sentido” y responda al “bien común”.

4. No deslegitimar la protesta

Muy en relación con la anterior reflexión, los obispos recomiendan también mantener un clima de paz, tolerancia, cultura ciudadana para evitar que “la movilización ciudadana degenere en agresión, saqueo, vandalismo y muerte, que afectan la mayoría de las veces a los más pobres”.

Toda estas actitudes alimentan “el círculo de violencia que dolorosamente hemos vivido durante tantos años, que deslegitima cualquier reclamo y que no trae sino nuevos y más grandes males”.

5. Depende de todos

Nuevamente desde la Conferencia Episcopal reafirman su compromiso por el diálogo como “el camino hacia la superación de los problemas sociales y el desarrollo integral de nuestro país”. No hay más alternativas para la construcción del camino de la paz y la reconciliación.

Además  han recalcado que “la participación de todos los actores sociales” será garantía para la solución de los problemas, pero eso depende de todos para “construir sin más dilaciones un proyecto común de país”.

6. Casa y patria

En un llamado urgente a los responsables de las instancias gubernamentales y de la sociedad civil, instituciones, educativas, empresas, agremiaciones han invitado  “a concretar iniciativas que hagan de nuestro país una casa y patria para todos”.

“Colombia necesita la participación de todos para abrirse al futuro con esperanza. La Iglesia católica quiere ser la primera en acompañar procesos en la línea del desarrollo integral y de la convivencia pacífica”, finalizaron.

Foto: El Espectador

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