“Reproducir la vida de Jesús es la mejor herramienta de evangelización”, dice el presidente de la JEC

  • Eduardo Martín Ruano, presidente de la Juventud Universitaria Católica, habla con Vida Nueva en el contexto del XXXIII Encuentro de Delegados Diocesanos y Responsables de Pastoral Universitaria
  • “Los cristianos debemos ser referentes en la sociedad, estar cercanos a los descartados del sistema desde nuestra profesión”, apunta

eduardo martin ruano, presidente de la jec

‘¿Cómo descubrir y desarrollar la vocación personal en la universidad?’ ha sido el interrogante principal del XXXIII Encuentro de Delegados Diocesanos y Responsables de Pastoral Universitaria, que se ha celebrado en Santiago de Compostela entre los días 14 y 16 de noviembre.

Eduardo Martín Ruano, presidente del movimiento Juventud Estudiante Católica (JEC), reflexiona con Vida Nueva acerca de cómo pueden escuchar los jóvenes de hoy su vocación. Y es que en una sociedad marcada muchas veces por “la inercia”, discernir el camino a seguir supone un reto. 

PREGUNTA.- ¿Es el alumno católico considerado un “bicho raro” en la universidad?

RESPUESTA.- A mí nunca se me ha considerado de tal manera y muchos como yo tampoco, porque somos personas integradas e implicadas en nuestra clase y facultad, con un aspecto diferencial al resto. Esa diferencia es nuestra fe, y cuando lo desvelas resulta muy raro, pero si con naturalidad te muestras como eres, no hay ningún problema. En cambio, si existe cierta reticencia a todo lo que se considera católico, normalmente desde la ignorancia o simplismo.

P.- ¿Es el Papa Francisco la mejor herramienta de evangelización que tienen los jóvenes católicos de hoy?

R.- Diría que el Papa es una voz fuerte que acerca la Iglesia al mundo, pero realmente el intento de reproducir la vida de Jesús es la mejor herramienta de evangelización.

P.- El Sínodo ha puesto en valor la idea de caminar juntos, ¿le hace falta a la Iglesia “revolverse” en lugares hasta ahora poco frecuentados por ella?

R.- Necesitamos convivir con el ‘olor a oveja’ de nuestros ambientes, estar presentes con convicción cristiana y comprometidos en las luchas que nuestra sociedad requiere (educación, trabajo, barrio, pueblo…). Los cristianos debemos ser referentes en la sociedad, cercanos a los descartados del sistema desde nuestra profesión, y dedicar toda nuestra vida y trabajo a servir en las periferias del mundo es nuestro objetivo y nuestra primera vocación.

P.- Hace algunas semanas que conocimos el documento final del Sínodo, ¿novedad o más de lo mismo?

R.- Un documento votado únicamente por obispos, en el que han participado tan solo unos jóvenes y alguna mujer, no es lo mas representativo de una sociedad. Lo que más valoro fue la reunión presinodal y su posterior documento.

Hay puntos muy interesantes como mujer, moral sexual o LGTBI que se quedan algo escasos si estás al día de las iniciativas que muchos colectivos organizan y promueven. Todavía estamos algo lejos. Aún así, hay intención de acercarse a los jóvenes y un buen y completo análisis de la juventud actual, lo que sitúa a la Iglesia a la escucha y preparada para caminar. Un camino largo que tendremos que recorrer sin prisas, pero sin pausa. Ya hemos estado bastante tiempo parados.

P.- Una de las propuestas del Sínodo versaba en crear un dicasterio de jóvenes o un vehículo similar, ¿esperas un gesto de esta magnitud en la exhortación postsinodal de Francisco?

R.- Sinceramente, prefiero cambios prácticos y de apoyo en nuestro día a día (diócesis, Pastoral Juvenil, Acción Católica…) una apuesta real por el protagonismo juvenil y por un trabajo digno de igual a igual. Si se creara tal dicasterio, me parecería muy positivo, y me gustaría que representara a toda la juventud diversa existente y que conectara realmente con la Iglesia universal y con la sociedad civil. Tenemos que ser realmente significativos en la actualidad con nuestro testimonio de entrega a los demás.

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