‘33 El Musical’: Jesús, a escena

Nadie le reconocería paseando por Vallecas. Quizá despertaría alguna mirada en la calle Sierpes. Pero pocos repararían en él caminando Las Ramblas. Con su barba hipster. Sus chinos en camel. Camiseta blanca larga. Pasaría desapercibido. Salvo que se pusiera a cantar. Jesús pasea por la Jerusalén de hoy. Como uno de tantos. Pero esta vez sobre un escenario de madera. O de maderos. Él va en zapatillas. La Virgen, en alpargatas con algo de plataforma y bata de estar por casa. Y el diablo, o mejor, uno de los tres demonios de la función, no viste de Prada, pero sí tacón de aguja. Así es ’33 El Musical’ de un vistazo. El que se deja entrever en los ensayos previos al gran estreno que tendrá lugar el 22 de noviembre. Lo cierto es que se trata de la primera superproducción que tiene como centro al Hijo de Dios, desde que hace 45 años se estrenara ‘Jesucristo Superstar’.

Un total de 4,5 millones de euros. Y ni uno solo ha salido de las arcas de la Iglesia. Todo, de manos de sus productores, primerizos en el ámbito artístico y que no se ven movidos por un afán proselitista, sino por un relato que merece la pena contar y un guión que se sale de lo común, nacido del talento y el corazón del sacerdote Toño Casado. Eso sí, cuenta con el respaldo tanto del cardenal Carlos Osoro –“ persigue la finalidad de enamorar a todos de Jesucristo, de reflexionar sobre nuestra fe y nuestra historia y ser capaces de llevar con humor, alegría y sana autocrítica nuestro mayor tesoro: El Evangelio”–, como de Escuelas Católicas. No es pequeño el aval para esta obra que no es ni un autosacramental ni un tratado de teología. Es teatro. Para todos los públicos, a partir de ocho años.

Un total de 140 personas forman el equipo, a las que hay que sumar las 300 que han puesto en pie la enorme carpa situada en Ifema, el recinto del extrarradio donde se organizan las ferias, salones y convenciones de Madrid. El teatro italiano efímero más grande construido nunca en España tiene la altura de un edificio de seis plantas, 7.000 metros cuadrados y cuenta con 1.118 localidades.

“Este musical va a hacer historia”

“Me ha ido absorbiendo poco a poco, porque estoy convencido de que este musical va a hacer historia”, dice Nacho Alonso, uno de los productores. Tienen los pies en la tierra y saben que la venta de entradas de los próximos cuatro meses dará las pistas sobre su continuidad o sobre una gira nacional. Aunque los sueños van más allá, sin descartar el salto internacional o la gran pantalla. De momento, cuentan con un colchón que otros musicales no han tenido en su estreno. Sin estrenar, solo para las sesiones matinales ya tienen vendidas más de 10.000 entradas. Por eso, ya han confirmado temporada hasta abril. “A partir de ahí, ya veremos…”.

Sí, sin estrenar. Porque este es otro hándicap de ’33’. A diferencia del resto de la cartelera de musicales, se trata de una obra original. El resto llegan con avales externos y no dejan de ser una traslación de libretos y espectáculos que ya han triunfado en otros países. El libreto no ha sido testado por el gran público. No se conoce. Y aunque la publicidad de la obra empapela algunas marquesinas de autobuses y estaciones de metro bajo el reclamo del “mayor influencer de la historia”, poco más se sabe de él. No es un riesgo menor.

“Sabemos que van diciendo por ahí que estamos locos”, expresa con naturalidad Felipe García-Quirós, el socio de Alonso. Es más, no pocos empezaron a referirse a ’33’ como el musical de los curas, después llegaron las palmaditas en la espalda, si bien, a medida que han visto las dimensiones del proyecto esas bromas se han tornado en curiosidad. “Ahora estamos convencidos de que va a ser un exitazo, un antes y un después en la manera de hacer musicales en nuestro país”. Sin embargo, parecen tener controlado el margen de error. No en vano, hasta que se hizo realidad, tuvo que pasar la criba del club de inversión que lo respalda, con el mayor apoyo del medio centenar de proyectos que han sacado a flote en el último quinquenio.

Christian Escuredo, el Jesús de Orense

Ellos llevan a sus espaldas las cuentas, pero sobre el escenario el peso, y no solo el de la cruz, lo lleva Christian Escuredo. Aunque desde el momento en el que dijo “sí”, consciente de la responsabilidad de ponerse en la piel de Jesús, ahora es cuando lo está experimentando. Tanto es así que confiesa a Vida Nueva que el primer día que puso un pie en el escenario, se le olvidó la letra y rompió a llorar. No por falta de tablas. Más bien por lo contrario. “Me he metido tan de lleno en el personaje que he buscado sentir lo que sentía y me ha atrapado. Me río de verdad, lloro de verdad y me enfado de verdad”, explica, después de un proceso de inmersión que le llevó el pasado verano hasta Tierra Santa. “Quería pisar los lugares por los que se movió Jesús para construir el personaje. Y fue un acierto. No es lo mismo dibujarse con nuestra mirada occidental, que acercarte a él con la mentalidad de Oriente”, relata.

“Este Jesús se me hace cercano. Es el Jesús de este Papa, que también está buscando quitar a Jesús de tantos lastres que le han colgado a lo largo del tiempo y que no le pertenece”. No lo dice una cualquiera. Palabra de María. De Laura González, la actriz que está detrás de la madre de Jesús. “Claro que da vértigo meterte en su piel, participar en la historia de entre todas las historias que se han contado nunca”, comenta esta joven a la que le han tenido que poner alguna arruga de más para caracterizarla. “Sé de la relevancia de mi papel, por eso he intentado borrar todas las imágenes de ella que tenía en mi cabeza para quedarme con una: ser madre. Desde ahí miro e interpreto a María, una madre que respalda por completo a su hijo, aun cuando no acaba de entender muy bien”.

“No es una obra solo para católicos. Puede venir a verla quien quiera, que no se va a sentir excluido ni ajeno, porque habla de algo fundamental en todas nuestras vidas: el amor. Da igual el partido político al que votes o si eres vegetariano, niño o abuelita”, bromea el sacerdote Toño Casado, director artístico, compositor y guionista, sobre la centralidad del mensaje del Evangelio: “El humanismo más básico que asumimos como propio nace de Jesús, los derechos, el sentirnos libres… Lo asumimos como sentido común, pero brota de Jesús y eso es lo que contamos. Vivimos un tiempo en el que todo el mundo está muy tenso y con el gesto agrio, y ’33 El Musical’ busca ser ese puente que una los polos, a lo diferente, tal y como hizo Jesús, tal y como hace Jesús. La idea es que salgas con ganas de brindar por la vida”.

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