¿Quién es James Martin, el ponente más esperado del EMF?

  • El jesuita estadounidense hablará en Dublín sobre cómo pueden las parroquias y las familias integrar a los católicos LGTBI
  • Su libro ‘Un puente por construir’ recoge los principios de acogida y misericordia que el Catecismo asegura a los homosexuales

James Martin se describe en su perfil de Twitter –en el que tiene 226.000 seguidores– como “sacerdote jesuita, redactor jefe de la revista America, autor de ‘Jesús: Una peregrinación’ y ‘Un puente por construir’, consultor del Dicasterio para la comunicación”. Nacido en 1960, también conocido como Jim, dentro de la Compañía su encargo principal es llevar junto al jesuita Matt Malone –que sería lo equivalente a un director de la publicación– la revista más famosa delos Jesuitas en los Estados Unidos.

‘America’ se edita en Manhattan, se puso en marcha en 1909 y es el único semanario católico del país. Antes de que llegase Martin a su dirección, la revista –de la que se editan unos 45.000 ejemplares y que cuenta con su réplica en web– se hizo famosa en los primeros años del siglo XXI por su tratamiento de cuestiones como el SIDA, el celibato sacerdotal, el papel de la mujer en la Iglesia y, por supuesto, la homosexualidad. Tanto es así que el histórico director Thomas J. Reese tuvo que desligarse de la publicación tras las presiones de Doctrina de la Fe dirigida por el cardenal Ratzinger.

De las finanzas a los jesuitas

Natural de Pensilvania trabajó durante 6 años en finanzas para la multinacional General Electric. Pero en la empresa no encontraba su desarrollo personal y por eso llegó a comprometerse más con la Iglesia Católica ingresando en los Jesuitas. Estudió Filosofía en la Universidad Loyola de Chicago y Teología en Weston, siendo ordenado sacerdote en 1999.

Su misión ha estado vinculada siempre a las publicaciones. Además de la revista, ha escrito una decena de libros y ha colaborado en unos cuantos medios, incluido ‘The New York Times’ o ‘Huffington Post’ donde ha tenido un blog. La mayoría de sus libros son de espiritualidad. Además de los que menciona en su Twitter están publicados en español sus obras: ‘Juntos de retiro: encontrar a Jesús en la oración’, ‘Tiene gracia…: la alegría, el humos y la risa en la vida espiritual’, ‘Mi vida con los santos’, ‘Las últimas siete palabras: una invitación a una amistad más profunda con Jesús’, ‘La abadía’…

Puentes con el mundo LGTB

Hasta aquí todo normal, la cosa se complica con su último libro: ‘Un puente por construir. Una nueva relación entre la Iglesia y las personas LGTB (lesbianas, gais, transexuales y bisexuales, acrónimo al que algunos han incorporado la “I” de intersexualidad)’. Una obra que, en palabras suyas y siendo ya nombrado consultor por Francisco, busca ser una reflexión útil para favorecer el diálogo, el conocimiento y la comprensión recíproca”. El jesuita afirma que en “la Iglesia ha tratado a los gais como leprosos”, algo que no ha ocurrido con ningún otro grupo de personas a lo largo de la historia.

El principal argumento, empleado de forma arrojadiza y como “océano de odio” según Martin es la valoración que el Catecismo hace de la homosexualidad al señalar que “la Tradición ha declarado siempre que ‘los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados’ (Congregación para la Doctrina de la Fe, Declaración ‘Persona humana’, 8)” (número 2.357) y, por lo tanto “esta inclinación” es “objetivamente desordenada” (núm. 2.358). Martin ha relatado como “mucha gente LGTB me ha dicho que esta frase duele profundamente”, porque “para una persona LGTB significa que una parte esencial de sí misma está desordenada”. Y es que quienes dentro de la Iglesia le reprochan parecen olvidar que precisamente este artículo del Catecismo continúa señalando que los homosexuales “deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición”.

La ortodoxia de la misericordia

Frente a quienes critican su heterodoxia, precisamente el defendía en una entrevista en ‘Vida Nueva’ que “en absoluto” es un sacerdote controvertido por su visión teológica o moral. De hecho insistía que el libro cuenta con el ‘nihil obstat’ del provincial y que “ha sido respaldado por varios cardenales, arzobispos y obispos”

“Incluso ha sido controvertida la sugerencia de que deberíamos escuchar las experiencias de los que han estado al margen. Esto significa que lo que es controvertido es el Evangelio. Así que no, no creo que yo sea un cura controvertido, excepto en la forma en que el Evangelio lo es”, subrayaba sin titubear nada más comenzar dicha entrevista.

La ponencia

Los organizadores, por supuesto con el visto bueno del Vaticano, han invitado a James Martin a hablar“sobre cómo las parroquias pueden dar la bienvenida tanto a los católicos LGTBI, como a sus padres y familias. Así que espero compartir las prácticas más exitosas de acercamiento de parroquias a la comunidad católica LGTBI”, declaró en su publicación America.

Para él, la incomodidad de abordar el tema que sientes algunos obispos es “trágico”, ya que no salen en ayuda de estos cristianos con el argumento de que “son pecadores”. A lo que él responde que, precisamente por eso, “Necesitan saber que Dios los ama y que su iglesia los acepta”.

“Estoy tremendamente agradecido por la invitación a este Encuentro de Dublín y espero que la comunidad LGTBI la vean como una señal inequívoca de bienvenida”, señaló.

Recogida de firmas

Algunos medios tradicionalistas –especialmente la delegación irlandesa de la ‘Sociedad Americana para la defensa de la Tradición, la Familia y la Propiedad’ con el eco del portal británico ‘Catholic Herald’– han organizado una campaña de recogida de firmas en la red para evitar la ponencia del jesuita en el encuentro de Dublín.

En dicha motivación se incluían algunos testimonios de alumnos de los centros Loyola que evidenciaban la falta de ortodoxia del polémico ponente y también una carta al arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, en la que se afea el hecho de que el jesuita aceptase un premio de un grupo que defiende el acceso de homosexuales a los ministerios eclesiales.

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