Unas 90.000 personas participan en el encuentro con la juventud celebrado en Morelia (Michoacán)
Emotivo abrazo del Papa a dos jóvenes mexicanas durante el encuentro celebrado en el estadio ‘José María Morelos y Pavón’
DARÍO MENOR, enviado especial, CIUDAD DE MÉXICO | Riqueza, esperanza y dignidad. Con estos tres conceptos el papa Francisco se ganó a los jóvenes mexicanos en el encuentro que mantuvo ayer martes 16 de febrero en el estadio ‘José María Morelos y Pavón’ de Morelia y en el que participaron unas 90.000 personas. Jorge Mario Bergoglio le insufló amor propio a la juventud mexicana y trató de separarla del gran mal que sufre el país, el narcotráfico. “Jesús nunca nos invitaría a ser sicarios, sino que nos llama discípulos, amigos. Él nunca nos mandaría al muere, sino que todo en Él es invitación a la vida”, dijo. Les aseguró que “es mentira que la única forma de vivir, de poder ser joven es dejando la vida en manos del narcotráfico o de todos aquellos que lo único que están haciendo es sembrar destrucción y muerte”.
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En una cita en que tanto el Papa como los participantes lo pasaron en grande, Francisco les recordó a los jóvenes que son “la riqueza” de México. “Y dije riqueza, no esperanza”. Esta viene de experimentar “que no todo está perdido”, para lo que es necesario partir de un mismo y convencerse del valor de cada uno. “No estoy perdido, valgo, y valgo mucho”, les repitió Bergoglio a los jóvenes mexicanos, que fueron protagonistas de la música y el espectáculo que marcó el encuentro.
La principal amenaza a la esperanza, destacó el Pontífice, viene cuando sientes “que no le importas a nadie o que estás dejado de lado”. Esa situación “mata, nos aniquila y es puerta de ingreso a tanto dolor”.
Invitó a los mexicanos a rebelarse contra estas situaciones y a no olvidar su propia riqueza, pese a las dificultades que a veces surgen para descubrirla. “Entiendo que muchas veces se vuelve difícil sentirse la riqueza cuando nos vemos expuestos continuamente a la pérdida de amigos o de familiares en manos del narcotráfico, de las drogas, de organizaciones criminales que siembran el terror”, reconoció Bergoglio.
Añadió después que es igualmente complicado sentirse la riqueza de una nación “cuando no se tienen oportunidades de trabajo digno, posibilidades de estudio y capacitación, cuando no se sienten reconocidos los derechos que terminan impulsándolos a situaciones límites”.
También dificulta alcanzar esta certeza cuando debido a que uno es joven, se le utiliza “para fines mezquinos seduciéndolos con promesas que al final no son tales. Son pompas de jabón”. Pese a todos estos condicionantes negativos, el Papa “no se cansa de repetir” que los jóvenes son “la riqueza de México”.
Esta certeza del obispo de Roma le viene de su fe en Jesucristo: “Es de su mano que podemos decir que es mentira que la única forma que tienen de vivir los jóvenes aquí es en la pobreza y en la marginación; en la marginación de oportunidades, en la marginación de espacios, en la marginación de la capacitación y educación, en la marginación de la esperanza”.
Última etapa del viaje: Ciudad Juárez
El miércoles 17 de febrero, Francisco se desplazará a la última ciudad de esta visita pastoral a México: Ciudad Juárez, en el Estado de Chihuahua, situada en la frontera con Estados Unidos y considerada uno de los lugares más peligrosos del mundo. Allí el Papa visitará un centro penitenciario, se encontrará con el mundo del trabajo y oficiará una misa que será uno de los actos más importantes de este viaje.
- 08:35 hora local – 15:35 hora española. Salida en avión hacia Ciudad Juárez
- 10:00 – 18:00. Llegada al aeropuerto internacional ‘Abraham González’ de Ciudad Juárez
- 10:30 – 18:30. Visita al Centro de Readaptación Social (Cereso) número 3
- 12:00 – 20:00. Encuentro con el mundo del trabajo en el Colegio de Bachilleres del Estado de Chihuahua
- 16:00 – 00:00 del jueves. Santa Misa en el área de la feria de Ciudad Juárez [homilía]
- 19:00 – 03:00 del jueves. Ceremonia de despedida en el aeropuerto internacional de Ciudad Juárez y salida hacia Roma
