Al igual que Miguel Pajares, había sido repatriado a España pero no pude superar la enfermedad
M. Á. MALAVIA | Desgraciadamente, se ha repetido la historia y, al igual que Miguel Pajares el 12 de agosto, el también religioso de San Juan de Dios, Manuel García Viejo, falleció el 25 de septiembre en el Hospital Carlos III de Madrid. Ambos misioneros –y médicos– son, por ahora, las dos víctimas españolas de la epidemia de ébola que, en unos meses, en distintos países africanos, y según el último informe de la OMS, infecta ya a unas 6.500 personas y ha acabado con la vida de más de 3.000.
En un comunicado, la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios y la familia de García Viejo (que tenía 69 años y era natural de Folgoso de la Ribera, León) agradecen “el enorme esfuerzo que la sociedad española ha hecho por salvar su vida, estando implicado el Gobierno de España desde el primer momento y sin escatimar esfuerzos”. Y es que el religioso fue trasladado en un avión medicalizado desde Lunsar (Sierra Leona), donde se mantuvo trabajando en el hospital de la orden con víctimas del ébola hasta que resultó afectado.
En otro comunicado, las OMP reconocen el testimonio de García Viejo:
Estaba en Sierra Leona por su vocación misionera, para ir al encuentro de los más pobres y vulnerables. Entre ellos se hizo débil con los débiles, hasta el punto de morir como tantos otros. (…) Su testimonio sigue siendo necesario punto de referencia.
Como anuncian desde la congregación, el compromiso de San Juan de Dios en la lucha contra el ébola se mantiene inalterable y ya trabajan por reabrir sus dos hospitales, en Liberia y Sierra Leona.
En el nº 2.911 de Vida Nueva
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