Hacia un nuevo rumbo social al servicio de las personas

La Vida Religiosa quiere abanderar una salida de la crisis asentada en valores

jóvenes sentados en la Plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela

LUIS RIVAS | El ciudadano devenido en cliente. El bienestar como estadio adonde solo se trasciende mediante la adquisición de productos y servicios no esenciales. Seres humanos ilegales, consumidores cautivos del neoindividualismo tecnológico, contribuyentes cada vez más desposeídos de bienes públicos. En España se consolida en nuestros días la figura del trabajador pobre, sujetos que, aun disponiendo de una nómina, carecen de recursos para cubrir sus necesidades básicas y se hallan en riesgo de exclusión social.

“Trabajar hoy no es ya un derecho; parece haberse convertido en un privilegio”, indica Francisco Lorenzo, coordinador de Estudios de Cáritas.

No hace falta ser doctor en Doctrina Social de la Iglesia para percibir que la coyuntura actual de deshumanización atenta contra los principios de las religiones y de cualquier forma de espiritualidad, así como de toda aspiración con que la sociedad civil se haya constituido en los movimientos ciudadanos de nuestra crisis. Al calor llameante de la indignación han brotado colectivos como el 15-M o plataformas como la de Afectados por la Hipoteca, que a todos nos suenan tanto como aquello de “vivir por encima de nuestras posibilidades”.

En esta línea, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) organizó los días 21, 22 y 23 de febrero unas Jornadas de Justicia y Solidaridad y Misión-Cooperación bajo el epígrafe Espiritualidad y transformación social: sueños y esperanzas de la Vida Religiosa. El congreso incide en la línea de reflexión iniciada hace años sobre el encaje de la fe en el contexto sociopolítico del momento.

“Este año hemos querido acentuar una visión esperanzada tanto de la sociedad como de la misma VR, partiendo de la convicción de que espiritualidad, justicia, paz e integridad de la creación forman una única realidad inseparable y transversal de toda vida cristiana”, señalan desde CONFER.

Las ponencias marco y de clausura corrieron a cargo de la teóloga Marta Zechmeister, quien instó a vivir una “mística política” como voz esclarecida de un Dios que no se resigna a abandonar a las víctimas del sistema, que entiende la protesta como rasgo esencial de la pasión, y la rebelión contra la injusticia, como la oración más profunda. O, como estableció el pastor Bonhoeffer, “solo quien grita a favor de los judíos tiene derecho a cantar gregoriano”.

Hacia un nuevo rumbo social al servicio de las personas [íntegro solo suscriptores]

En el nº 2.884 de Vida Nueva

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