San Pablo estaría en Facebook

La Iglesia apuesta por la presencia cristiana y auténtica en las redes sociales

Imagen de la cuenta de Facebook de Joan Piris, presidente de la Comión Episcopal de MCS

MARÍA GÓMEZ | Miguel Tombilla, claretiano, vive actualmente en Vigo. Administra el blog Y yo qué sé, en el que escribe varias veces al mes, “no sobre temas concretos, sino que, según me van pasando cosas o según lo que voy viendo de la realidad, voy poniendo ahí unas notitas”. No son comentarios extensos y versan sobre asuntos tan diversos como una convivencia con los chicos de Confirmación, la conversación en la playa con un señor que le regaló una caracola, la 40ª Semana de Vida Consagrada, o una reflexión acerca del poder y el 15-M y cómo “algunos han decidido que ya está bien de que nos dirijan manos invisibles complejas”. [Siga aquí si no es suscriptor]

Miguel aborda a veces asuntos tan íntimos como el aniversario de su ordenación o la reciente muerte de su cuñada. La cabecera es una imagen de sus ojos, y por todo ello, considera que sí, que se le puede conocer a través de lo que escribe en su blog. “Es algo lo suficientemente universal como para que entre todo tipo de gente, y también algo íntimo que me permite expresar lo que en ese momento llevo dentro. No tengo miedo a contar experiencias personales ni a abrirme. Tampoco creo que esté muy expuesto, el blog no lo conoce mucha gente…”.

Sí sabe quién accede a su perfil de Facebook, donde sube a diario una foto que hace con su iPhone, “fotos extrañas”, define él, de cosas que aparentemente no tienen mucho sentido, pero en las que se le puede, en cierto modo, reconocer.

Imagen del blog de Miguel Tombilla

Miguel es una persona auténtica también en Internet. La cuestión no es baladí. El modo de comunicar en la Red está transformando no solo el modo de comunicar off line, sino el modo en que las personas se relacionan entre sí.

Abrazos ‘on line’

Cuando la cuñada de Miguel falleció, muchos de sus amigos se enteraron a través de su Facebook y le dieron el pésame, tan sincero como pueda ser un abrazo, vía Internet. Uno de ellos fue el obispo de Mondoñedo-Ferrol, Manuel Sánchez Monge. “Me mandó un mensaje de condolencia muy directo. O sea, que una ventaja es el acercamiento instantáneo entre personas”. Y el obispo confirma: “Sí, me enteré así e inmediatamente le puse un mensaje para expresarle mi cercanía en ese momento doloroso y asegurarle mis oraciones”.

Por tercer año consecutivo, Benedicto XVI dedica a la cultura digital su mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales (5 de junio), Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital (PDF). Y si otras veces al Papa le ha preocupado el uso que hacen los jóvenes o los profesionales de la comunicación, ahora se plantea “la autenticidad del propio ser”. “El anhelo de compartir, de establecer ‘amistades’, implica el desafío de ser auténticos, fieles a sí mismos, sin ceder a la ilusión de construir artificialmente el propio ‘perfil’ público”, dice el mensaje.

El obispo Sánchez Monge lo resume así: “No podemos dar una imagen de nosotros mismos que no se corresponde con la realidad”. En la foto de su Facebook se muestra con clergyman y la cruz pectoral, en una mesa ante un micrófono y muy sonriente. Tiene más de 120 ‘amigos’ y gestiona la cuenta personalmente. “La he abierto porque creo que me puede ayudar a evangelizar, que, al fin y al cabo, es mi cometido”. Eso sí, tiene muy en cuenta las palabras del Papa: “Comunicar el Evangelio a través de los nuevos medios significa no solo poner contenidos abiertamente religiosos, sino también dar testimonio coherente en el propio perfil digital y en el modo de comunicar preferencias, opciones y juicios que sean profundamente concordantes con el Evangelio, incluso cuando no se hable explícitamente de él”.

“Por el momento, estoy contento de los resultados que voy obteniendo –asegura–. A mí me animó la presencia de otros obispos en este mundo, y me gustaría que mi presencia animara a otros hermanos obispos”.

A Tombilla le parece “muy bien” que Sánchez Monge haga “el esfuerzo de intentarlo. Es algo muy loable. Facebook te permite el acceso a los obispos de otra manera. Quizá debería haber más obispos y más gente de Iglesia que se abran a lo que son, en plan sencillo, y no tanto a lo que tienen que aparentar. Creo que sería un esfuerzo bonito para dar a conocer otro rostro de Iglesia”.

Facebook tiene 500 millones de usuarios en todo el mundo, y en sus apenas siete años de existencia se ha convertido en el máximo exponente de la “transformación cultural” a la que alude Benedicto XVI. Pero de momento son pocos los prelados españoles que se han apuntado. La Conferencia Episcopal Española ha impartido varios cursos para que los pastores aprendan a moverse en Internet y las redes sociales. En uno de ellos fue donde el presidente de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social (CEMCS), Joan Piris, aceptó el reto de crear su perfil.

“Ni me quita el sueño, ni me quita tanto tiempo como preveía, ni lo uso tanto como querría –explica el obispo–. Entro a diario, aunque escribo poquito, sobre acontecimientos eclesiales de mi diócesis de Lleida y eventos a los que convoco o invito. Contesto los mensajes que me envían, y si veo alguna cosa que se puede multiplicar, en seguida la ‘comparto’, como dice ahí”. O sea, que se limita a un uso pastoral, más que personal. “Bueno, es personal porque es pastoral –corrige–. Tengo la cuenta en función de mi servicio, no para entretenimiento”.

Tampoco por entretenimiento, sino por una cuestión profesional, tiene una presencia destacada en Internet Alberto Eisman, que colabora regularmente con Vida Nueva y Mundo negro, dirige la diocesana Radio Wa, en el norte de Uganda, y gestiona el blog En clave de África. “Estoy en Facebook y en Twitter, y creo que son medios ideales para poder compartir ideas e iniciativas. Definitivamente, todo instrumento puede ser utilizado para el bien o para el mal: un cuchillo puede servir para cortar jamón o para matar a tu vecino… Lo mismo el impacto de las redes sociales depende mucho del uso que se les dé”.

Un esfuerzo de honestidad

Todos los entrevistados coinciden en lo obvio: es el mal uso lo que puede convertir las ventajas de la comunicación on line en peligros. “El mundo ‘virtual’ es propenso a aparentar lo que no es, puede ser una máscara que uno se ponga para evitar que se conozca la realidad y, por tanto, requiere un esfuerzo extra de sinceridad y honestidad. Además, las redes sociales pueden fomentar un tipo de relaciones superficiales que adolecen de elementos fundamentales y que nunca podrán sustituir el encuentro directo y humano. Ninguna comunicación digital podrá sustituir una caricia, una lágrima, un abrazo, el calor humano o una mirada que muestre lo más profundo del corazón”, describe Eisman.

En su opinión, “la Iglesia puede y debe buscar su hueco en estos ámbitos, sin complejos y de manera decidida, pero, eso sí, comunicando mejor y de manera más efectiva. Creo que está bien que el Papa aparezca y abra caminos en campos nuevos. Si un comunicador incansable y apasionado como san Pablo viviera hoy, estoy seguro de que estaría muy presente en todos los ámbitos tecnológicos posibles”.

Los obispos españoles, preocupados por los blogs

Para el presidente de la CEMCS, Joan Piris, el esfuerzo de la Iglesia por hacerse un hueco en la era digital “está dentro de la dinámica de la encarnación. Jesús, anunciando el Reino, utilizó elementos de la cultura de su tiempo y hablaba de la grey, los campos, el banquete, las semillas… Nosotros tenemos también este lenguaje nuevo, y debemos procurar que las comunicaciones sean lo más humanas posibles”.

La Comisión ha preparado su propio mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, Promover la Nueva Evangelización en la era digital (PDF), que se detiene de manera especial en el fenómeno creciente de blogs de temática religiosa.

Los obispos españoles advierten que estos solo generarán una “verdadera y necesaria opinión pública en la Iglesia” si observan un “estilo cristiano de presencia” (“comunicación franca y abierta, responsable y respetuosa del otro”) y muestran una actitud de “fidelidad y comunión con el Magisterio”.

No pasa desapercibido, tampoco, el llamamiento para que los periódicos erradiquen los anuncios de contactos: “No todo lo que se puede se debe comunicar ni vender o comprar”.

En el nº 2.756 de Vida Nueva.

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