San Juan de Ávila, más cerca de ser Doctor

(F. Otero) La comisión del Vaticano encargada de estudiar el nombramiento de san Juan de Ávila como Doctor de la Iglesia ha dado recientemente un paso más para que sea declarado de tal forma. En concreto, ha aprobado que el proceso siga su curso y, por tanto, la decisión queda ahora en manos de Benedicto XVI, que tendrá que valorar el informe que le presente una comisión de obispos y cardenales. El camino a recorrer es ya mucho más corto.

El proceso se remonta a 1999, cuando los obispos españoles pidieron a Juan Pablo II que declarara al santo como Doctor de la Iglesia, pero no ha sido hasta ahora cuando se ha dado un paso importante. Atrás ha quedado todo el trabajo de la directora de la Oficina para las Causas de los Santos de la CEE, María Encarnación González, que fue la encargada de elaborar la positio, que incluye toda la información sobre el proceso, exigida por la Congregación para las Causas de los Santos.

Una vez concluida –se completó en abril de 2010–, el documento pasó a ser estudiado por la citada comisión consultiva del Vaticano, que es la que le ha dado el visto bueno. Así las cosas, el proceso pasará ahora a una comisión de obispos y cardenales que tendrá que elaborar un texto para presentar al Papa, que será, en última instancia, quien decida si san Juan de Ávila se convierte o no en Doctor de la Iglesia Universal.

El requisito fundamental para que el santo sea proclamado Doctor es que la suya sea considerada doctrina eminente, es decir, que es superior a la del resto de teólogos. Según explica la Conferencia Episcopal en un texto, un Doctor de la Iglesia es “quien ha estudiado y contemplado con singular clarividencia los misterios más profundos de la fe y es capaz de exponerlos a los fieles, de modo que les sirvan de guía en su formación y en su vida”. Y los estudios sobre el patrón del clero español así lo ponen de manifiesto.

En el nº 2.736 de Vida Nueva.

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