La madrina del Doctor Ávila

JOAQUÍN L. ORTEGA | Sacerdote y periodista

“El Maestro cuenta con el respaldo de la Conferencia Episcopal y con la pericia y la entrega de su postuladora. En ocasión del nombramiento de doctores, los agraciados suelen tener protocolariamente un padrino. En el caso de san Juan de Ávila, que dedicó a una mujer su Audi Filia, ¿no cuadraría que su madrina de doctorado universal fuera Mª Encarnación González?”

Acaba de salir a la calle, editado por la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC), un oportuno libro en el que unos cuantos historiadores, teólogos y avilistas postulan el nombramiento de Doctor de la Iglesia Universal para san Juan de Ávila. Cosa que, al parecer, está a punto de ocurrir. El proceso ha superado ya todas las pruebas previstas, y dícese que lo ha hecho con las mejores calificaciones. El libro se titula Entre todos, Juan de Ávila. Un título que refleja el propósito común de aupar al Maestro Ávila a tan honrosa y esperada magistratura eclesial.

Como en todas las empresas que llegan a buen puerto, ha habido en esta una mano (femenina) que ha sabido llevar bien las riendas. Se trata de María Encarnación González, una burgalesa que pertenece a la Institución Teresiana y que en la Conferencia Episcopal Española viene gestionando con éxito y con competencia la Oficina para las Causas de los Santos. Su experiencia como postuladora ha ido encarrilando cabalmente la aspiración de la Iglesia española y la ha llevado hasta su punto final. Meta que no alcanzaron otros postuladores anteriores.

Bien es verdad que Juan de Ávila ha sido poco agraciado a la hora de contar con padrinos. Su beatificación no llegó hasta 1894, durante el pontificado del papa León XIII, habiendo muerto Juan de Ávila en 1569. Para su canonización hubo que esperar todavía hasta 1970, siendo papa Pablo VI.

Ahora, el Maestro cuenta con el respaldo de la Conferencia Episcopal y con la pericia y la entrega de su postuladora. En ocasión del nombramiento de doctores, los agraciados suelen tener protocolariamente un padrino. En el caso de san Juan de Ávila, que dedicó a una mujer, Sancha Carrillo, nada menos que su Audi Filia, ¿no cuadraría que su madrina de doctorado universal fuera Mª Encarnación González?

En el nº 2.750 de Vida Nueva.

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