Por una ‘amnistía’ para los indocumentados

La Iglesia de Inglaterra y Gales impulsa la regularización de los inmigrantes

(Austen Ivereigh– Reino Unido) Sin condonar la inmigración ilegal, la Iglesia aboga por que los cientos de miles de inmigrantes indocumentados que se han asentado en el Reino Unido tengan la oportunidad de legalizar su situación, según un documento recién publicado por la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales.

La idea es fruto de años de discusión entre los obispos, muchos de los cuales, al menos los de diócesis urbanas, se enfrentan al novedoso desafío de liderar parroquias donde la asistencia dominical se ha visto rápidamente incrementada por la presencia inmigrante, gran parte de la cual viene de países de origen católico.

Los prelados destacan la obligación de solidaridad con el inmigrante que sufre explotación y racismo. “El estatus legal del inmigrante no es separable de su dignidad humana, ya que todos sin excepción están dotados de derechos inalienables, que no pueden ser ni violados ni ignorados”, afirman. De ahí que seguirán abogando “por la compasión que permite al indocumentado una oportunidad de adquirir un estatus legal, para que pueda contribuir al bien común sin el temor constante a ser descubierto y deportado”.

La nueva política de los obispos refleja la influencia de la campaña Strangers into Citizens (“De extraños a ciudadanos”), que ha recopilado muchos testimonios de indocumentados y que pretende un ‘camino a la ciudadanía’ inspirado en la regularización española de 2005, que benefició a 700.000 indocumentados. La campaña ha sido adoptada por el tercer partido político británico, los liberal-demócratas, y ha conseguido el apoyo del recién elegido alcalde de Londres, el conservador Boris Johnson, a pesar de la oposición no sólo su propio partido, sino también del Gobierno laborista.

Obreros en la Catedral

La campaña se inició en mayo del 2006 con un llamamiento del cardenal arzobispo de Westminster, Cormac Murphy-O’Connor, en la primera misa para obreros inmigrantes celebrada en la Catedral. En 2007 fue seguida por una manifestación de 20.000 personas en Trafalgar Square, en la que hablaron líderes de todas las Iglesias británicas.

El 5 de mayo se celebró la tercera misa, colorida y multilingüe. En su homilía, el obispo de Brentwood, Thomas McMahon, criticó los intentos de deportar a miles de zimbabuenses que han huido de un “régimen ilegal y represivo” y calificó de “vergonzosa e injusta” la política de deportación que no va acompañada por un ‘camino a la ciudadanía’. También anunció una manifestación en 2009, “para demostrar al Gobierno que el tema no se puede seguir ignorando”.

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