Aun cuando se viva solo, informar a los más cercanos o a los amigos a dónde se va un fin de semana completo es algo tan sensato como responsable. En caso contrario, las posibilidades de ayuda ante cualquier accidente, disminuirán y proporcionalmente aumentará el riesgo de muerte de manera dramática. Eso fue lo que le ocurrió a Aron Ralston, amante de las montañas, escalador innato, autócrata, enamorado de sí mismo y lleno de energía.
Consideró que se bastaba lo suficiente como para emprender un recorrido por la espectacular zona montañosa del Cañón Blue John en el estado de Utah. Un paisaje anaranjado, con tonalidades amarillas que contrasta con el azul del firmamento, un paisaje muy norteamericano y sin igual en el mundo. Una formación natural con depresiones, caídas y profundos surcos que muchos turistas caminan por circuitos. Aron en particular, quiso hacer un gran circuito y registrar con videocámara cada tanto su recorrido. Pero ignoraba, para los que creen en el destino, que tenía una cita, prevista millones de años antes que el naciera, con una piedra. Aquella masa rocosa caería con él en un profundo surco, cuyas paredes impidieron que aplastara parte de su cuerpo. No obstante, sí capturó su humanidad a partir de un brazo, dejándolo prisionero en un punto de aquella profunda línea, en medio de la belleza natural. Suspendido literalmente como en un limbo, su voz se perdía por entre las profundidades de esa zona.
Comienza entonces el verdadero desafío por la supervivencia, solo el miedo es el que le acompaña allí, manejarlo o gobernarlo es parte de su tarea por lograr sobrevivir y renacer en un hombre mejor al que había sido hasta entonces.
No se trata de un monólogo aunque el 80 por ciento de la trama así lo establezca. En esa circunstancia, resulta creativo cómo el director y guionista británico Danny Boyle involucra a varios personajes desde el pensamiento de Aron, cuando éste evoca a su familia y amigos, recordándolos en distintas situaciones, movido por la necesidad de hacer un balance de su vida y las deudas afectivas que ha acumulado hasta ese momento.
Algunos han querido categorizar como vivencial este relato, algo de razón les asiste, por cuanto el espectador termina apretando sus mandíbulas, viviendo aquella angustia y dolor que culmina en una lección de vida. Danny Boyle, se basó en el caso real de Aaron Ralston quien después de aquella experiencia es otro hombre.
Aunque no ganó, James Franco en su interpretación sí resultó ser un formidable aspirante al Oscar como mejor actor.
TÍTULO ORIGINAL: 127 Hours · DIRECCIÓN: Danny Boyle · GUIÓN: Danny Boyle, Simon Beaufoy · AÑO: 2009 · GÉNERO: Drama · REPARTO: James Franco, Kate Mara, Amber Tamblyn, Sean Bott, Koleman Stinger, Treat Williams, John Lawrence, Kate Burton, Bailee Michelle Johnson, Rebecca C. Olson.
J. ESCOBAR
