Nepal ya lucha por levantarse

‘Vida Nueva’ recaba el testimonio de un misionero salesiano en Katmandú

Nepal-G

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Una vez más, la naturaleza desatada ha vuelto a descargar su fuerza con unas consecuencias terribles. Un terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter, el sábado 25 de abril, ha dejado Nepal sumergido en el caos. Se teme que haya más de 10.000 muertos –al cierre de esta edición, la cifra dada a conocer por el Gobierno era ya de 5.057 víctimas y más de 7.000 heridos–, aunque el desconcierto hace que aún no se puedan evaluar todos los daños, personales (entre los miles de desaparecidos, hay también 103 españoles) y materiales (Katmandú, la capital y una de las ciudades más afectadas, poseía un inmenso patrimonio histórico y cultural). Naciones Unidas ha alertado de que el seísmo podría afectar, directa o indirectamente, a ocho millones de personas.

Vida Nueva ha recabado el testimonio de John Jijo, misionero salesiano indio en Katmandú. Aún aturdido, explica cómo vivió ese primer movimiento de la tierra, al que han seguido réplicas tambien muy dañinas: “Cuando el terremoto golpeó Nepal, yo estaba sentado en mi escritorio. Me dejó totalmente anonadado. La intensidad fue tan fuerte que sentí que estaba como en un columpio, aunque estaba sentado en una silla”

“De repente, me dí cuenta de lo que pasaba e intenté llegar a la puerta, pero, debido al movimiento, no podía salir de la habitación en la que estaba. Cuando terminó, salí de la habitación e intenté ponerme en contacto con mis compañeros, pero pronto vi que los teléfonos no funcionaban. Y no lo hicieron durante unas horas. Poco a poco fuimos recuperando las comunicaciones y así fue como pude contactar con mi gente y recibir llamadas de otras personas”.

Desde esas primeras horas, el hermano Jijo puso en marcha un Equipo de Rescate Bosco para ayudar a la gente: “Nos desplazamos hasta los pueblos vecinos y descubrimos que dos de ellos estaban completamente devastados por el terremoto. Unas 250 casas se habían caído. Empezamos por facilitarles comida, cobijo y medicinas. Todavía estamos en marcha para ayudar a estas personas, que necesitan de todo nuestro socorro”. Y es que la tarea no ha hecho sino empezar: “Gentes de diferentes familias, vecindarios e incluso extranjeros están viviendo y durmiendo juntos bajo las mismas tiendas, en espacios abiertos, parques… Estamos ayudándoles con agua, comida, medicamentos básicos y materiales para montar las tiendas”.

La solidaridad internacional se ha volcado desde el sábado con Nepal, tanto a nivel de estados como de asociaciones de desarrollo y de acción en situaciones de emergencia. A las pocas horas, llegó el lamento del papa Francisco –quien ha mandado un donativo de 100.000 dólares a través de Cor Unum– mediante un mensaje enviado por el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, donde expresó que el Pontífice estaba “profundamente entristecido por el terremoto y la consiguiente pérdida de cientos de vidas en Nepal y los países vecinos [también ha habido víctimas en China e India]”.

El telegrama, dirigido al vicario apostólico en Nepal, Paul Simick, concluía asegurando la oración de Francisco por todos los afectados, así como ofreciendo su ánimo “a las autoridades civiles y al personal de emergencia, para continuar en sus actividades de recuperación y asistencia a las personas que han sido afectadas por esta tragedia”.

Entre las muchas instituciones comprometidas en estas horas con la ayuda a Nepal, Cáritas es una de las más activas (la red española ha mandado una primera partida de 100.000 euros). A nivel local, el director de la asociación eclesial, el jesuita Pius Perumana, informa en un comunicado de que están “distribuyendo las cosas más importantes: toldos, carpas y alimentos”, hasta el punto de que Katmandú es un inmenso mar de lonas de plástico. Por ahora, el principal problema es la falta de abastecimiento, ya que la mayoría de las tiendas permanecen cerradas.

Misiones Salesianas, por su parte, está trabajando en la zona a través de la ONG local Jóvenes y Desarrollo, también inspirada en el carisma de Don Bosco. “No podemos quedarnos de brazos cruzados ante esta emergencia”, recalca su portavoz en Madrid, Ana Muñoz.