Tribuna

¿Quiénes son los tradicionalistas hoy en la Iglesia?

Compartir

Tras el Concilio Vaticano II, Pablo VI reformó la liturgia publicando un nuevo misal en 1970. Los católicos tradicionalistas son los que siguen apegados a la celebración de la misa según el misal que estaba en vigor anteriormente, conocido como rito tridentino, o misal de san Pío V –porque fue promulgado por este papa en 1570, siguiendo las indicaciones del Concilio de Trento– o de Juan XXIII, habiéndose producido la última edición de este misal en 1962.



Tras el Concilio y la reforma litúrgica que le siguió, a estos laicos apegados a la antigua forma del rito les siguieron “un cierto número de sacerdotes, y luego el arzobispo Lefebvre a finales de los años 70”, como explica el historiador Yves Chiron, autor de una obra de referencia sobre el tema (‘Histoire des traditionalistes’), en la que detalla la historia de los tradicionalistas católicos que criticaron o rechazaron el Concilio Vaticano II y la reforma litúrgica que le siguió.

Cinco décadas después, “los tradicionalistas siguen ahí, cada vez un poco más numerosos y con una media de edad todavía muy joven”, observaba La Nef en una encuesta publicada en el verano de 2021 (realizada justo antes de la publicación del motu proprio ‘Traditionis custodes’ que restringía el uso del misal de 1962).

Además de los fieles habituales del misal de Juan XXIII, el mundo tradicional incluye también a las familias a través de las escuelas, los movimientos scouts, los campamentos juveniles o los retiros. Las comunidades tradicionalistas incluyen sociedades de vida apostólica, pero también monasterios e institutos religiosos.

No todos siguen exclusivamente el rito tridentino, y algunos “navegan fácilmente entre las distintas sensibilidades”, señala Christophe Geffroy, director de La Nef. “Los tradicionalistas de las nuevas generaciones no se sienten concernidos por las grandes querellas litúrgicas de sus mayores, que no han vivido”, explica. “Por eso, aun siendo exigentes con la liturgia, estos jóvenes, que pueden calificarse de conservadores, van a misa tanto según el misal de Pablo VI como según el de san Pío V”.

Ecclesia Dei

Las comunidades que celebran la misa según el misal de san Pío V, en comunión con Roma, estuvieron hasta 2019 bajo la jurisdicción de la Comisión Pontificia Ecclesia Dei. Esta comisión fue creada en 1988, tras el cisma provocado por el arzobispo Lefebvre al ordenar obispos en la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (SSPX) sin la aprobación de Roma.

Con Ecclesia Dei, Roma pretendía supervisar a las comunidades que se negaban a seguir al arzobispo Lefebvre en su cisma y continuar el diálogo con la SSPX. En 2009, esta comisión se integró en la Congregación para la Doctrina de la Fe, aunque conservando cierta autonomía. Desde 2019, solo es una sección de dicha Congregación.

En julio de 2021, al promulgar el motu proprio ‘Traditionis custodes’, el papa Francisco restringió en gran medida el uso de la liturgia tridentina, convirtiéndola en una excepción bajo el control del obispo.

La liberalización de la liturgia tradicional en 2007 por Benedicto XVI ha llevado a algunos obispos a confiar la celebración de misas en rito tridentino en sus diócesis a comunidades de tradicionalistas o a pedir a algunos sacerdotes que se formen para responder a las peticiones de los fieles. Con el texto de 2021, las cosas han cambiado algo, “pero depende mucho del país y de la diócesis”, dice Chiron.

¿Y la Sociedad de San Pío X?

Catorce años después de que se levantaran las excomuniones de los cuatro obispos ordenados ilegítimamente por el arzobispo Lefebvre, las conversaciones con Roma para un reconocimiento canónico de la SSPX parecen haberse detenido. En 2016, sin embargo, el papa Francisco reconoció la validez de las absoluciones y los matrimonios celebrados por sacerdotes lefebvristas.

Presente en unos cuarenta países (162 prioratos), con más de 600 sacerdotes (un tercio de ellos en Francia), la SSPX presumía el pasado septiembre de 79 nuevas admisiones en sus seminarios, 21 de ellas en Francia, en Flavigny-sur-Ozerain (Côte-d’Or).


*Artículo original publicado en La Croix, ‘partner’ en francés de Vida Nueva