Tribuna

La defensa de la vida en Argentina, marcada por injerencias externas

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El debate sobre la despenalización del aborto que por estos días tiene lugar en Argentina ha permitido visibilizar la existencia de numerosas agrupaciones que trabajan en la defensa de la vida de los seres humanos desde la concepción hasta su muerte natural.

Para quienes llevamos tiempo en el terreno del trabajo provida, esto no fue una novedad: es sabido que muchas asociaciones, desde hace años, desarrollan esta tarea, y también sabemos que muchas de ellas actúan en vinculación con agrupaciones extranjeras.

La ola naranja

En el año 2010, con motivo del tratamiento legislativo de la –mal llamada– ley del matrimonio homosexual, fue Ignacio Arsuaga –el presidente de la agrupación española Hazte Oír (HO)– quien estuvo presente en Argentina brindando orientaciones a lo que se llamó la “ola naranja”, en clara alusión al color de identificación que usa HO.

Uno de los dirigentes con los cuales se estableció el vínculo, y que simultáneamente, por esos días, creó la agrupación política Corriente Naranja, fue el empresario Carlos Lorenzo, el mismo que en 2017 creó el colectivo denominado Marcha Por la Vida y puso al frente a una persona contratada –a sueldo– para fungir como “referente provida”.

Desde entonces, la actividad de las plataformas españolas no ha dejado de crecer en Argentina. Principalmente desde el sitio Citizen Go, cuyo envío de mails y acaparamiento de actividades es incesante. Hoy se promueve la “ola celeste” y son el propio Luis Losada, junto con la representante argentina Silvina Spataro y “todo el equipo de Citizen Go”, quienes a diario envían sus mensajes, en los cuales, además de solicitar una contribución económica, se atribuyen toda actividad provida que tenga lugar, aunque sea planificada por terceros.

Dinero para presionar a políticos

Frases como “con vos y tu ayuda es posible presionar a los políticos. ¿Podés apoyarnos con 120, 300 o 900 pesos para presionar a los senadores indecisos para que voten a favor de la vida?”, son usuales en sus mails.

Luis Losada, además, envía correos en forma personal a otros países, pidiendo plata para sus supuestas actividades en Argentina y hasta se atreve a sugerir que es un votante argentino. “Vamos a lanzar anuncios en los periódicos dirigidos directamente a los senadores que están dudosos. Les vamos a recordar que los votantes somos nosotros y ellos, los representantes”, se lee en uno de sus correos.

Un claro ejemplo de cómo actúa esta organización es la confusión que han buscado instalar respecto a las tareas de recolección y entrega de firmas. Muchos argentinos son los que se dedicaron a confeccionar y hacer llenar planillas pidiendo el rechazo de la ley para ser entregadas a los legisladores y, como yo misma he comprobado, de ningún modo, le dieron mandato a Citizen Go para que los represente en la entrega.

Manipulación en la entrega de las firmas

Sin embargo, la agrupación de Luis Losada se consideró dueña de las planillas y encabezó su informe diciendo: “Entregamos más de 400.000 firmas pidiendo salvar a los dos”. Y luego publicó las ya habituales fotos en las que únicamente se muestra su logo identificatorio.

Lamentablemente, no pocas agrupaciones y personas en Argentina, que se dicen provida, consienten esta forma de trabajo y colaboran y promueven estas plataformas. La expresión “el fin justifica los medios” aún sigue siendo aceptada por muchos que no ven que la promoción de la cultura de la vida exige dejar de lado toda simulación o engaño y trabajar con absoluta honestidad, humildad y respeto por el otro.

* Gabriela Quadri es coordinadora del Movimiento Provida de Rosario