Tribuna

La Conferencia Eclesial de la Amazonía, una acción profética del Espíritu

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La creación de la Conferencia Eclesial de la Amazonía es una de aquellas ideas proféticas que el Espíritu de Dios lanza en la humanidad para que los seres humanos podamos enfrentar los retos de la historia en momentos dramáticos como los que estamos viviendo en las últimas décadas.



Un sombrío panorama

En el mundo: las desigualdades sociales, los conflictos de todo género, la proximidad de una tragedia ecológica; en la Amazonía específicamente: la violencia contra los indígenas y las poblaciones tradicionales, el avance de la minería con sus nefastas consecuencias sociales y ambientales, la destrucción de las florestas con su torrente de incalculables impactos destructores sobre el clima no solo de la Amazonía, sino de todo el planeta.

Son problemas que todavía no han inquietado suficiente la consciencia de las élites y de los gobiernos de la región. Son situaciones que superan por mucho las iniciativas aisladas o las soluciones sectoriales.

Asamblea de proyecto de constitución de la Conferencia Eclesial de la Amazonía

Visiones utópicas

Urgen visiones utópicas, es imprescindible un nuevo espíritu, hay que hacer brotar de lo más hondo de la humanidad intuiciones e instituciones que no sean ‘remiendo nuevo en ropa vieja‘, sino horizontes y focos capaces de crear dinamismos y de movilizar personas de buena voluntad, valentía y parresía, que abran senderos más allá de lo ‘ya’ existente.

El Documento Final del Sínodo de 2019 habló de “la creación de un organismo episcopal que promueva la sinodalidad entre las iglesias de la región, que ayude a delinear el rostro amazónico de esta Iglesia y que continúe la tarea de encontrar nuevos caminos para la misión evangelizadora, en especial incorporando la propuesta de la ecología integral, afianzando así la fisonomía de la Iglesia amazónica” Según el mismo documento, “se trataría de un organismo episcopal permanente y representativo que promueva la sinodalidad en la región amazónica, articulado con el CELAM, con su estructura propia, en una organización simple y también articulado con la REPAM. De esta manera puede ser el cauce eficaz para asumir, desde el territorio de la Iglesia latinoamericana y caribeña, muchas de las propuestas surgidas en este Sínodo” Además, “sería el nexo que articule redes e iniciativas eclesiales y socio-ambientales a nivel continental e internacional”.

Eclesialidad y sinodalidad

La iniciativa de la Asamblea de Proyecto de Constitución de la Conferencia Eclesial de la Amazonía, que se ha reunido virtualmente entre los días 26 y 29 de junio de 2020, asumió la indicación del Documento Final y fue mas allá: no se trata de un organismo episcopal, sino de un organismo eclesial; no se trata de un organismo eclesial llamado a promover la sinodalidad, sino que él mismo es sinodal, en la medida en que integra, en su misma composición, los distintos segmentos y carismas del Pueblo de Dios; no se trata de un organismo sinodal cualquiera, sino de una conferencia; no se trata de una ONG más, sino de una institución específicamente eclesial y, por lo tanto, con una identidad y una misión auténticamente eclesiales.

Cuando algunos están tentados a decir que el pontificado de papa Francisco no tiene nada de nuevo que ofrecer más, el Espíritu nos desconcierta y nos convence de que solo a Él le corresponde establecer los tiempos y los modos de conducir la historia humana, entre alegrías y tristezas, avances y retrasos, hasta los destinos soñados por Dios.