Tribuna

+ Juan Carlos Scannone – In memoriam

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Hace unas semanas, el miércoles 27 de noviembre, a los 88 años, falleció el Padre Juan Carlos Scannone sj, religioso y sacerdote jesuita argentino. Ha sido un creyente sencillo y un hombre sabio; un entusiasta incansable y un vinculado vinculante; para mí, un amigo generoso durante 35 años, que tenía muchos amigos – como se nota en quienes nos escriben por su partida; un gran pensador argentino y latinoamericano, reconocido por muchas instituciones académicas del mundo.



Abajo copio una foto con su imagen viva, su mirada atenta y su sonrisa medida, enviada junto con la despedida de sus hermanos de la provincia argentina – uruguaya de la Compañía de Jesús. Juan Carlos fue profesor durante décadas, decano de la Facultad de Filosofía y también Rector del Colegio Máximo de San Miguel.  Antes, en 1957, durante su etapa de “maestrillo”, vivió en el seminario arquidiocesano de Buenos Aires y fue profesor de griego del seminarista Jorge Mario Bergoglio.

Comenzamos a conversar a mediados de los años ochenta, si bien yo leía sus textos desde 1972 en la revista del CIAS sobre fe y política. En 1986 me invitó a formar parte de un Proyecto de investigación interdisciplinario e internacional sobre la Doctrina social de la Iglesia en América Latina, que codirigió con el Prof. Dr. Peter Hünermann. Juntos editamos varios volúmenes sobre el tema en el país y la región. Desde entonces, aquí y allá compartimos infinitas reuniones y charlas. En 1996, en Vallendar, Alemania, compartimos el memorable encuentro de teólogos latinoamericanos sobre El futuro de la Teología en América Latina en Alemania, presidido por el cardenal Joseph Ratzinger. [1]

Desde que hay correo electrónico nos hemos intercambiado casi todos nuestros trabajos. Su palabra siempre daba qué pensar e iluminaba sin encandilar. Por eso le pedí que me acompañara como vicepresidente de la Sociedad Argentina de Teología, cuando fui presidente de esa institución, lo que hizo de 1998 a 2004. Su prudencia iba de la mano de su audacia. La mediación era dada por su capacidad de discernimiento espiritual y su apertura a la conversión intelectual, que exponía y vivía en línea con Bernard Lonergan. Recuerdo que ya en 1959, en su primer artículo, comentó el voluminoso Insight, la gran obra filosófica del jesuita canadiense. Él ha sido uno de los pocos argentinos que estudió a fondo al gran pensador canadiense.[2] Con motivo de sus 80 años, convocado por los jesuitas, escribí un ensayo sobre su pensamiento filosófico, titulado “Historia, filosofía y religión. Un diálogo teológico con el ‘nuevo pensamiento’ filosófico del ante-último Scannone”.[3]

Juan Carlos tenía un vasto saber humanístico, filosófico y teológico. Conocía muchos grandes filósofos del pasado y del presente, Su erudición iba de la mano de su creatividad. Su lúcida mirada de fe, que potenciaba el ejercicio de su poliédrica racionalidad, iba de la mano de su corazón pastoral, como se notó durante años en la celebración de la Eucaristía en el Barrio Manuelita de San Miguel.

La teología del Pueblo de Dios

Este no es el lugar para comentar su producción filosófica y teológica, expresada en muchos libros y artículos.[4] Aquí basta decir que su primera obra, la edición de su tesis doctoral “Ser y Encarnación”, ya es un clásico para el estudio del gran Maurice Blondel. Basta decir que su último libro “La teología del pueblo. Raíces teológicas del Papa Francisco”, traducido a varias lenguas, se convirtió en otro clásico para conocer la teología argentina contemporánea. Expresa lo que llamo la teología del Pueblo de Dios, de los pueblos y las culturas, y de la pastoral popular. Desde fines de los años setenta se había convertido en el mejor difusor internacional de los aportes de la teología de Lucio Gera y de una corriente teológica-pastoral surgida en nuestro país, como reconocí en 1990 al presentar su libro “Evangelización, cultura y teología”.[5]  Antes, a principios de esa década, planteó la conversión a los pobres como nuevo punto de partida de una filosofía latinoamericana centrada en la lógica de la gratuidad, como recordó Francisco en la encíclica Laudato si’ (LS nota 117 ).

El 4 de octubre compartimos charlas y comidas en Roma porque ambos expusimos en un congreso a los cuarenta años de la Conferencia Episcopal de Puebla. El 1 de noviembre lo desperté de su descanso para pedirle que integre el jurado de una tesis doctoral. No podía tomar nuevos compromisos porque debía viajar a Italia para recibir el doctorado Honoris causa de la Universidad Sophia. No pudo realizar ese viaje ni recibir ese honor porque tuvo un accidente cerebro-vascular.

Hace pocos días, en el Vaticano, en la última plenaria de la Comisión Teológica Internacional, recibí el saludo que Francisco le hizo llegar a Scannone por este doctorado. Lo adjunto para que todos lean los motivos por los cuales el Papa reconoce la fecundidad de su servicio a la Iglesia y la sociedad. La Iglesia, los pueblos, la filosofía y la teología de América Latina lo reconocemos con gratitud.

Francesco – Lettera – Honoris causa Scannone – 11 nov 2019

En su último escrito, todavía inédito, Juan Carlos pensó el misterio de la Trinidad como clave de una metafísica de la unidad plural, en diálogo con la ontología trinitaria de Klaus Hemmerle. Allí se refirió también a la “communio sanctorum”, que es la comunión de los santos a través de su comunión en lo santo, en las realidades santas y santificadoras, en la santidad del Dios-Amor, tres veces santo. Ahora descansa en la paz del corazón de Dios y vela por nosotros en la comunión de los santos.

 

[1] Cf. CELAM El futuro de la reflexión teológica en América Latina, Bogotá, CELAM, 1996.

[2] Cf. J. C. Scannone, “Sobre el Insight de Lonergan”, Ciencia y Fe 15 (1959) 475-492.

[3] Cf. C. M. Galli, “Historia, filosofía y religión. Un diálogo teológico con el ‘nuevo pensamiento’ filosófico del ante – último Scannone (2005-2012)”, en: J. M. Cantó; P. Figueroa (comps.), Filosofía y Teología en diálogo desde América Latina. Homenaje a Juan Carlos Scannone sj en su 80 cumpleaños, Córdoba, EDUCC, 2013, 79-144.

[4] Aquí nombro sólo algunos de sus libros propios en castellano, sin agregar coediciones y traducciones: J. C. Scannone, Teología de la liberación y praxis pastoral. Aportes críticos para una teología de la liberación, Salamanca, Sígueme, 1976; Teología de la liberación y Doctrina Social de la Iglesia, Buenos Aires – Madrid, Guadalupe – Cristiandad, 1987; Nuevo punto de partida en la filosofía latinoamericana, Buenos Aires, Guadalupe, 1990; Religión y nuevo pensamiento. Hacia una filosofía de la religión para nuestro tiempo desde América Latina, Madrid – México, Anthropos – UAM, 2005; Discernimiento filosófico de la acción y pasión históricas. Planteo para el mundo global desde América Latina, prólogo de J. Ladrière, Barcelona – Anthropos, México – Universidad Iberoamericana, 2009.

[5] C. M. Galli, “Evangelización, Cultura y Teología. El aporte de Juan Carlos Scannone a una teología inculturada”, Stromata 47 (1991) 205-216, y Teología 58 (1991) 189-202.