Tribuna

El fanatismo religioso

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El fanatismo, cualquiera que sea, genera controversias y conflictos. Basta mirar lo que pasa en el campo deportivo, en el político y también en el religioso.

Viéndolo bien, es difícil precisar cuál de ellos es el más dañino; pero de lo que podemos estar seguros es que cuando el fanatismo político y el religioso caminan juntos constituyen una verdadera bomba de tiempo. Prueba de ello es lo que está pasando con los grupos fundamentalistas del Islam y su pretensión de castigar y someter a quienes consideran infieles.

Por eso preocupa la aparición, en Colombia, de algunos grupos “cristianos” cuyo fanatismo salta a la vista. Y para la muestra un botón.

Con ocasión de la campaña que precedió al plebiscito del pasado 2 de octubre, tuve la oportunidad de leer un artículo publicado en Las2orillas escrito por alguien que dice ser pastor del evangelio de Jesucristo. Y curiosamente, el autor incluye entre los poderes de las tinieblas “al LGBTI, a su terco lobby que impide a los gays y lesbianas llegar a los pies de Cristo, a los ateos que niegan la realidad innegable de un Dios Creador, a los evolucionistas, feministas, ambientalistas extremos, defensores de la marihuana, abortistas y demás grupos de presión que quieren echar por tierra lo que diez millones de evangélicos amamos: la sagrada palabra de Dios”.

“Los ateos, organizados en asociaciones, dicen que Colombia es un Estado laico y que los cristianos no debemos ingresar a la política. Pues a ellos les recuerdo que Dios puso al primer rey de Israel y nos recuerda que ‘nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las legiones celestiales (Efesios 6:12)’”, añade en el mismo texto.

Y agrega: “no cederemos en nuestro deseo de hacer que más personas salven sus almas y lleguen al conocimiento cierto de la Palabra de Dios para bien de las familias y de la nación en general (…) Los verdaderos cristianos, los no caídos en la apostasía, sabemos que no es posible dar, conceder o permitir derechos, por más máscara de civiles que tengan, si contradicen la Biblia”.

“El pasado 10 de agosto, continúa el pastor, mostramos en las marchas por la familia el poder que tenemos; fuimos capaces de sacar a Gina Parody del Ministerio de Educación y de hacer ganar el No en el plebiscito, a pesar de la fuerte y desigual campaña santista. En las marchas por la familia de agosto dijimos que queremos que la Biblia sea el manual de convivencia de los colegios. Creemos que eso es lo que el país necesita y lo seguiremos defendiendo; también queremos que el enfoque de familia cristiano sea el que se defienda en los acuerdos de paz. Esta batalla la ganaremos con votos y dentro de pocas décadas pondremos a un pastor por presidente y cambiaremos las lesivas decisiones de la Corte Constitucional”. “La derecha evangélica llegó a Colombia y llegó para quedarse”.

“Cuando el fanatismo político y el religioso caminan juntos constituyen una verdadera bomba de tiempo”

No me había pasado por la mente la idea de que los discípulos del Señor que anuncian su Evangelio pudieran catalogarse como de izquierda o de derecha. Y peor aún: que los fanáticos y fundamentalistas, como fariseos modernos, se proclamaran a sí mismos como la derecha evangélica.

En el Evangelio de San Mateo encontramos el relato del juicio final en el que el Hijo del Hombre pondrá a su derecha a los misericordiosos que dieron de comer a los hambrientos y de beber a los sedientos, a los que acogieron en sus casas a los forasteros, a los que visitaron a los enfermos y a los presos (Mt 25, 34-37). No a los que discriminaron, odiaron o incumplieron el mandato de amarse los unos a los otros.

El Señor nos dejó bien claro que Él vino a buscar y salvar a los que estaban perdidos (Luc.19, 10) y que “no es la gente sana la que necesita del médico sino los enfermos” (Marcos 2,17).

Bien hace el papa Francisco en pedirnos salir al encuentro de las ovejas; salir a las periferias para buscar y abrazar los diferentes, distintos y distantes. Dejar en el redil a las 99 e ir en busca de la oveja perdida (Lc 15, 4).

Y preocupa también la actitud crítica y de oposición de algunos católicos fanáticos que miran con prevención las enseñanzas y actitudes del papa Francisco, llegando hasta el extremo de calificar de heréticas algunas de sus enseñanzas. Este será tema de una reflexión posterior.

Fabián Marulanda

Obispo emérito de Florencia