Tribuna

Confianza en un tiempo nuevo, por Mónica Perales

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¿Cómo ser testigo de esperanza en el ámbito educativo? Reflexiono sobre esta pregunta y lo que en estos momentos vivimos, la Pascua y la incertidumbre de lo que hay a nuestro alrededor.

Hoy medito sobre este texto “No se turbe vuestro corazón…” (Jn 14, 1). Es un versículo envuelto en ternura, el Señor sabe lo que pasa en nuestro interior, conoce las cosas y nos anima en medio de este temor.



La escuela nos va forjando. “El ser humano es lo que la educación hace de él”, según Immanuel Kant, esta es nuestra responsabilidad en el día de hoy. Nuestros alumnos y familias en estos momentos viven situaciones de dolor, por seres queridos que no están, situaciones de desempleo y angustia por los proyectos emprendidos y que ahora se tambalean…

La escuela en estas circunstancias acompaña, sostiene y ayuda haciéndose presente y escuchando, estando atenta para que no se abra más la brecha digital y ayudando para que tengan los instrumentos necesarios para seguir aprendiendo.

Nos han cambiado el paisaje y tenemos que aprender a leer, en los contextos que van surgiendo, un concepto nuevo de escuela.

Acompañar a los alumnos

Nuestro proyecto educativo, que está en continuo movimiento, tiene un aporte importante: la innovación. Innovar no solo por la adquisición de tecnologías, sino por la capacidad de observar y responder a las necesidades de los alumnos, dotándoles de las mejores herramientas, valores, conocimiento personal y poner el valor humano por encima de todo lo que nos está aportando la tecnología en este momento. Queremos formar personas críticas y reflexivas.

Con todo ello asumimos el reto de pasar de la clase presencial a la online, sin perder nuestra esencia. Nuestra tarea desde el claustro de profesores, equipos de coordinación y directivo, ha sido la de acompañar a las familias y a los alumnos en la situación que están viviendo en sus casas, donde han surgido miedos, estrés, cambios, incertidumbre, etc.

Ello ha llevado a la comunidad a generar espacios de diálogo, de escuchar sentimientos, e intentar trasmitir apoyo y seguridad con tutorías personalizadas y en grupo, charlas formativas. Esta dinámica de aprendizaje está generando alumnos más autónomos, capaces de gestionar su aprendizaje.

Es un momento de fortalecer los vínculos de trasmitir al niño–alumno Amor. Este tiempo de Covid-19, como centros educativos, es tiempo de parar, para reflexionar, de hacer lazos y como dice este anónimo “si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres ir lejos, ve acompañado”. Es un tiempo de ir acompañado, esta Pascua es un nuevo Kairós, es un tiempo de oportunidad.

Cuando me propusieron escribir estas líneas, ser testigo de esperanza, miré el término esperanza en el diccionario –Confianza de lograr una cosa–. Ese ha sido nuestro mensaje como centro educativo, porque “todo va a salir bien”. Soñar con ese encuentro, un abrazo y un adelante.

Quiero agradecer con estas líneas a todos los protagonistas de este cambio, los profesores, que en este tiempo están dando lo mejor de sí mismos, por su trabajo entregado. Un brindis por la educación .

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