Tribuna

¿Concertados o despistados?

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No, querido lector, querida lectora, no me he confundido de adjetivo. Y sí, sí tenéis razón, en vez de concertados iría mejor el adyacente “con-centrados”, por eso de tener el Centro bien situado. En fin, me dejo de trabalenguas, ¿os parece? El motivo que me lleva a escribir estas líneas es el hecho, tras algunas conversaciones con colegas de varios colegios concertados, en este caso, religiosos cristianos católicos, de ver como hay algunos de ellos que se han “relajado” en la búsqueda de auténticos Recursos Divinos (Humanos), en definitiva, agentes de misión, según sus carismas, queriendo de esta forma continuar adelante actualizando dichos carismas a través de la educación, pero, probablemente, sin darse cuenta, descafeinando dicho carisma y la misión que de él se deriva.



En esta sociedad en la que vivimos, creo que necesitamos colegios concertados y “no despistados”, perdón, concentrados en invertir en la búsqueda de recursos humanos, que ayuden y se impliquen en los proyectos que de sus carismas y fundadores se derivan. ¿Lo estamos haciendo? ¿Tenemos un equipo de personas que desde la animación vocacional, desde incluso la coordinación con los equipos de pastoral, desde los equipos de animación de los carismas en cada congregación, estén trabajando explícitamente en esto, como si de un equipo de Recursos Divinos-Humanos se tratara, velando por la continuidad de los carismas, como Dios quiere de ellos? En demasiados casos, creo que no. Puedo estar equivocado, no obstante, creo que no demasiado, al menos.

En clave de misión 

Nuestro objetivo es, mediante la educación, evangelizar, propiciar experiencia de Dios, ofertar estas posibilidades de encuentro con ese Alguien que cuida lo que yo cuido, que me quiere tal como soy, como dice la canción de Siempre Así (“Alguien”), y para eso se necesitan auténticos seguidores de Jesús que hayan visto en la educación, y si es posible, desde el alineamiento con un carisma que lo busca, la herramienta que conecta con su vocación, con lo que Dios quiere de él, de ella.

¿Estamos realizando esa búsqueda desde esta clave? ¿Estamos siendo, los colegios concertados cristianos, valientes a la hora de anunciar a Jesús y la Buena Noticia de su Evangelio y de buscar continuadores de esta misión? O por el contrario, ¿estamos jugando al despiste? Tengamos claro que los que no están despistados son las familias que intencionadamente SÍ buscan en nuestros colegios concertados cristianos, y también algunos privados, que es otra modalidad educativa, ayuda para educar en la fe a sus hijos e hijas, porque lo sienten así y lo viven de esta forma. ¿Vamos a renunciar a lo que nuestros fundadores querían? Es para pensarlo un poco.

Sin excusas

Se necesitan instituciones valientes, no para que solo luchen intelectualmente (en algunos casos sí habrá que hacerlo, y necesitamos personas con formación para ello, en clave de generar conocimiento y generar opciones, alternativas, cultura, planteamientos, visiones), sino para que apuesten por la pastoral del encuentro, de los pequeños detalles, de la ternura, como la denomina el H. Emili Turú, el que fuera Superior General de los HH. Maristas, poniendo en el centro a los chicos y las chicas, a sus familias, para transmitir así que podemos hacer del mundo un lugar más fraterno, más humano, y en definitiva, más de Amor, más de Dios. Y es que se oyen excusas de todo tipo cuando instituciones que tienen como objetivo central el anuncio de la Buena Noticia no cuidan los procesos de RR.HH. con un perfil de agentes de misión en clave cristiana, porque llegan a decir que hacerlo es favorecer la endogamia, la reducción del pluralismo que en la sociedad nos piden, etc.

En verdad, desde mi punto de vista, y es solo una opinión, no se dan cuenta de que lo que hay detrás de su proceder es vergüenza, es miedo a ser lo que verdaderamente somos cristianos que estamos llamados por el Dios Amor de Jesús, a dar gratis dicho Amor de muchas formas y a expresarlo explícitamente cuando corresponda y, ahora sí, es cierto, a hacerlo en una sociedad plural, donde hay creencias de todo tipo, como es lógico, necesario y bueno, en una sociedad donde los que tienen como motores de sus vidas otros motivos lo dicen a los cuatro vientos sin tapujos y sin vergüenza, y hacen bien si creen en ellos y son parte de una reflexión personal y madura por su parte. 

Adelante

Pues eso, que se nos necesita, queridas instituciones educativas cristianas y no de cualquier manera. Se nos necesita “concertados-concentrados” (y privados si es el caso de algunos), teniendo a Jesús en el centro de nuestra Misión en el día a día, como principal motor de nuestra acción y anunciándolo con tremenda alegría. Sin miedo, con ilusión, con valentía: ADELANTE.