Tribuna

Adentrarse en el camino de los pobres

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En el primer mensaje de Francisco para la Jornada de la Paz, en 2014, nos decía: “En los dinamismos de la historia, a pesar de la diversidad de etnias, sociedades y culturas, vemos sembrada la vocación de formar una comunidad compuesta de hermanos que se acogen recíprocamente y se preocupan los unos de los otros”.



Agraciados por la vocación

Los consagrados, agraciados por la vocación recibida, formamos una comunidad de hermanos y hermanas que reconocen a Dios como Padre de todos y quieren responder amándolo con todo el corazón. Hombres y mujeres de contextos distintos, de sensibilidades distintas, aprenden y viven el camino de la fraternidad y expresan que es posible el sueño de Dios sobre la humanidad.

La Vida Consagrada ha acogido con gozo ‘Fratelli Tutti’. Ungida por el Espíritu, se siente urgida a bajar a los caminos donde están heridos tantos hermanos, a adentrarse con Jesús en el camino de los pobres. Este año, con el lema Parábola de fraternidad en un mundo herido, se nos invita a vivir agradecidos por el don recibido de la comunión fraterna, que se hace vida en el servicio y el cuidado a nuestros hermanos, sosteniéndolos en la confianza, en la esperanza y en el amor.

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