Pliego
Portadilla del Pliego nº 3.106
Nº 3.106

Los pobres, protagonistas en el camino de la Iglesia

El papa Francisco fue elegido un 13 de marzo de 2013. Tres días después, en un discurso de saludo y reconocimiento ante los periodistas acreditados para el cónclave, nos dejó ya su hoja de ruta, con una convicción y unos deseos.

La convicción: “Cristo es el Pastor de la Iglesia, pero su presencia en la historia pasa a través de la libertad de los hombres: uno de ellos es elegido para servir como su Vicario, Sucesor del apóstol Pedro; pero Cristo es el centro, no el Sucesor de Pedro: Cristo. Cristo es el centro. Cristo es la referencia fundamental, el corazón de la Iglesia”.

Y los deseos: “Francisco de Asís es para mí el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y custodia la creación; en este momento, también nosotros mantenemos con la creación una relación no tan buena, ¿no? Es el hombre que nos da este espíritu de paz, el hombre pobre… ¡Ah, cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres!”.

Así interpretaba Bergoglio su reciente elección. Y con esos dos pies se lanzó a caminar y, tras él –¿a distancia?– la Iglesia. Un pie firme en Jesucristo, apoyo seguro y referencia para toda reforma. Y el otro pie arriesgado y valiente: el deseo de una Iglesia más pobre y evangélica, cuidadosa de la paz, de la creación y de los pobres. Estos deseos no transmitían una ensoñación personal, una manía suya, sino los deseos del mismo Cristo.

Transcurridos cinco años, estos deseos de Francisco se han ido materializando y tomando forma. Ante todo, en su propio estilo de vida, en sus opciones personales manifestadas en gestos, decisiones, obras y palabras. Por eso, a nadie extrañó cuando convocó el 19 de noviembre de 2017 la I Jornada Mundial de los Pobres. Vamos camino de la segunda y no faltan quienes, con mala o buena intención, se preguntan: “¿Otra ‘Jornada’ más en la Iglesia? Pero no se trata de una más, con una finalidad particular o sectorial, sino de una prioridad transversal, que brota del corazón mismo del Evangelio.

Hay que reconocer que, en nuestras iglesias, los protagonistas son, ante todo, ‘los cristianos de casa’, los ya convocados. A ellos se dirigen la mayoría de los mensajes y de las atenciones pastorales de los ministros y los agentes. Es verdad que se repite con insistencia que el espacio de la Iglesia no puede limitarse a ellos, sino que ha de abrirse a los alejados, a los que aún no están en el rebaño del Buen Pastor y no gozan de sus cuidados preferentes. Pero también es cierto que, para que se dé ‘una Iglesia en salida’, antes tiene que haber ‘una Iglesia reunida’.

En nuestras comunidades vamos logrando quizás una Iglesia ‘para’ los pobres (lo que no es poco), pero aún nos falta una Iglesia ‘de’ los pobres. Estos, en general, son más “beneficiarios” de la atención de la Iglesia que “protagonistas” de la misma. Sin embargo, no sería conveniente englobarlos, sin más matices, en la masa de “los alejados” a los que hay que atraer y evangelizar para que lleguen a ser miembros de pleno derecho. Los pobres, como nos lo recuerda el Santo Padre, gozan de la predilección divina y su alejamiento de la vida eclesial pone de manifiesto una carencia grave, no solo cuantitativa sino cualitativa, un déficit de fidelidad al plan del Dios.

Pero, antes de seguir desarrollando el argumento de este Pliego, conviene preguntarnos una vez más: ¿a quiénes nos referimos cuando hablamos de “los pobres”?


Índice del Pliego

¿QUIÉNES SON LOS PROTAGONISTAS EN LA IGLESIA?

¿QUIÉNES SON LOS POBRES A EVANGELIZAR?

  • 1. Se encuentran en una situación humana desfavorecida
  • 2. No participan habitualmente en la vida de la comunidad cristiana

¿QUÉ HACEMOS CON LOS POBRES?

UNA PASTORAL FRAGMENTADA

LA EVANGELIZACIÓN DE LOS POBRES ES LA PRIORIDAD DE JESÚS

LA EVANGELIZACIÓN DE LOS POBRES ES LA PRIORIDAD DE LA IGLESIA (LG 8,3)

¿CÓMO PODEMOS EVANGELIZAR HOY A LOS POBRES?

  • 1. Hacernos pobres para evangelizar a los pobres
  • 2. Protagonismo de los pobres en su propia evangelización
  • 3. “Ponerlos en el centro del camino de la Iglesia”

ALGUNAS EXPERIENCIAS PRÁCTICAS

  • Comenzar con hechos y no con palabras
  • El valor de estar juntos
  • Orar juntos en comunidad
  • Compartir la comida del domingo
  • Ofertas de religiosidad popular
  • Actividades de Cáritas
  • Escuelas de la Palabra
  • Espacios de oración multirreligiosa
  • El contacto persona a persona
  • Movimientos y asociaciones laicales
  • Pastoral de la Salud

POBRES Y HUMILDES

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