Pliego
Portadilla del Pliego sobre el clericalismo
Nº 3.089

El clericalismo, una herencia nefasta para la Iglesia

No son pocos los escritos aparecidos durante estos últimos años denunciando la clericalización de la Iglesia como uno de los males que más profundamente están dañando su presencia en el mundo, su actividad evangelizadora y sus posibilidades reales de regeneración. Lo asegura el papa Francisco: “El clericalismo es, a mi juicio, el peor mal que puede tener hoy la Iglesia” (entrevista mantenida con el diario ‘El País’ en enero de 2017). El tema, en efecto, es muy complejo y polifacético; tiene, además, muchos flecos, muchas caras. Puede abordarse desde muchos ángulos y, en su tratamiento, hay que afrontar cuestiones donde se mezclan aspectos que afectan a la historia de la Iglesia con interpretaciones de carácter teológico. Para ofrecer una visión creíble del tema, hay que comenzar aclarando los conceptos, delimitando los campos y señalando con precisión la finalidad de este escrito. (…)

Porque, ya desde los primeros tiempos, aparecerá la jerarquía de la Iglesia, constituida por el papa, los obispos y los sacerdotes, formando un gran cuerpo social al frente de la Iglesia. Así surge la figura social del clero, como un estamento privilegiado, orgánicamente estructurado. Ellos, la jerarquía, son los que detentan la autoridad, los que toman decisiones, los que presiden las celebraciones sacramentales, los que garantizan la pureza de la doctrina y enseñan, los que organizan la vida de la Iglesia. Al otro lado, frente a ellos, la gran masa de fieles, el pueblo, los laicos. La jerarquía decide y manda, el pueblo obedece; la jerarquía enseña, y el pueblo escucha y aprende.

Dos grandes estamentos. Uno detentado por una minoría: el clero. Es el que manda. Otro integrado por la gran mayoría sumisa, por el pueblo, por los laicos. Así se manifiesta la Iglesia. Esta es la imagen que ofrece. El problema radica en el enfrentamiento, en la persistente estructura bipolar de una Iglesia que mantiene el reparto entre jerarquía y laicado como un legado divino indiscutible. Quizás haya que buscar la salida remodelando el perfil, la forma de ser y de actuar de la jerarquía. Es el estilo señalado por el Vaticano II y que se identifica con el del papa Francisco. Lo veremos más adelante.

Índice del Pliego


I. UN PROBLEMA CON MÚLTIPLES CARAS

  • Una Iglesia dividida
  • Un pueblo sin voz
  • Un pueblo sometido
  • Un clero clasista y autoritario
  • A merced de clérigos célibes
  • La mujer, secuestrada y marginada

II. LAS RAÍCES DEL PROBLEMA

  • Clérigos y laicos
  • Sacralización del ministerio
  • Jerarquía y responsabilidad eclesial
  • Celibato obligatorio
  • La marginación de la mujer

III. HORIZONTE

  • Una comunidad de iguales
  • La primacía del Pueblo de Dios
  • La jerarquía como servicio
  • Ministerios y comunidad
  • El poder convertido en servicio
  • Un nuevo estilo de pastores
  • Una Iglesia de comunidades
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