El obispo de Donetsk cierra la polémica del Papa ‘prorruso’

Myjailo Podolyak ha explicado su experiencia de encuentro con Francisco tras el Sínodo de los obispos de la Iglesia greco-católica ucraniana, celebrado en Roma

La pasada semana, el asesor presidencial ucraniano, Myjailo Podolyak, acusaba al papa Francisco de ser ‘prorruso’ a raíz de que Francisco hiciera referencia a la “gran madre Rusia”. Unas palabras de las que el propio Papa reconoció, rápidamente, que “fueron pronunciadas de manera impensada y demasiado espontánea”.



Sin embargo, la avalancha de críticas no se hizo esperar. “El Papa no necesitaba conocer por nosotros la decepción del pueblo ucraniano por sus palabras, porque ya lo sabía. Cuando le conocimos, el Papa tenía muy claro lo que había pasado”, explica el salesiano Maksym Ryabukha obispo de Donetsk, en una entrevista a Nuova Bussola Quotidiana tras la finalización del Sínodo de los obispos de la Iglesia greco-católica ucraniana, celebrado en Roma del 3 al 13 de septiembre.

Por ello, Francisco llevó consigo, al encuentro de los prelados, “un icono de Nuestra Señora de la Ternura que le había regalado en Argentina Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk”. “El Papa nos recordó que ante esa imagen reza todas las noches por el pueblo ucraniano, y no se reza por aquellos que no te importan, por quienes no sientes afecto”, ha expresado Podolyak. Un gesto que, para el obispo, “va mucho más allá de todas las palabras posibles”. “Ya se había disculpado y explicó que no tenía intención de ofender a nadie. Cuando hablamos del Papa, es seguro que siente afecto, fraternidad y compasión por Ucrania”, ha aseverado.

¿Preparados para el perdón?

Por otro lado, Podolyak ha señalado que, para el pueblo ucraniano, “el perdón es un tema muy delicado hoy en día”, ya que es “una cuestión para la que los ucranianos aún no están preparados”. De hecho, el prelado señala “que es un tema que incluso nos irrita cuando alguien lo menciona”.

“Solo se puede perdonar cuando alguien viene a pedir perdón. De lo contrario, el perdón no tiene sentido: no sólo no conduce a una solución sino que acaba fomentando el drama”, ha continuado. “Todavía tenemos que ver la conciencia del pueblo ruso que reconoce que estaba equivocado. No es un simple mal, sino un error muy grave. Si esto no está ahí, el concepto de perdón no tiene fundamento para existir”.

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