Editorial

Voto al amor

Compartir

Dos asambleas sinodales, consultas en los cinco continentes, debates en la opinión pública… El camino recorrido por Francisco que culmina con la exhortación Amoris laetitia no ha sido improvisado ni personalista. Lo certifican las múltiples referencias a las Iglesias locales y al magisterio eclesial, especialmente a Tomás de Aquino y a la Familiaris consortio de Juan Pablo II. Esta mirada histórica y colegial otorga autoridad y categoría magisterial a un documento que, a la vista está, no pretende ser ruptura con lo anterior, sino sana y necesaria evolución.

Un documento sin rebajas, pero al ejemplo del Maestro, que condenaba el pecado pero compartía mesa con el pecador. En Amoris laetitia nadie queda fuera del hogar.