EDITORIAL VIDA NUEVA | Desde su fundación a mediados del siglo pasado, la comunidad de Taizé siempre ha tratado de “abrir caminos de confianza” en el mundo y en la Iglesia. También de reconciliación. Ahora que estamos celebrando el cincuentenario del Vaticano II, Vida Nueva ha querido recordar la participación del Hno. Roger como observador en el Concilio.
A través de anécdotas y confidencias, descubrimos que la historia del ecumenismo escribió un capítulo trascendental en aquellas sesiones conciliares, que la primavera eclesial soñada por Juan XXIII pasaba –y pasa– por aprobar la asignatura de la unidad.
Taizé suena a Vaticano II, ambos escenarios comparten una misma melodía. ¡Qué bueno sería hoy que la Iglesia repasase esa partitura!
En el nº 2.843 de Vida Nueva. Del 13 al 19 de abril de 2013.
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