Editorial

Subrayados a un documento

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El documento que ofrecemos en el Pliego de esta edición, es un ejemplo cabal de uno de los muchos aprendizajes que ha hecho la Iglesia a través del tiempo. Los escándalos de pederastia, por ejemplo, han propiciado al mismo tiempo que el humilde reconocimiento  de las debilidades y pecados de los sacerdotes, el aprendizaje de nuevas prácticas para la formación de sacerdotes que deben vivir en medio de un mundo erotizado, como bien lo expresó el arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Rubén Salazar: “Tenemos que darle al futuro sacerdote armas más certeras para que pueda permanecer incólume en una sociedad que lo incita al sexo”.
En el documento se puede subrayar:
Su carácter de aprendizaje. Cuando el cardenal Darío Castrillón en la difundida carta en que felicita a un obispo por haber manejado discretamente uno de estos escándalos, aún no se había abierto el aprendizaje de que una cosa es la defensa institucional de la Iglesia y otra la relativa impunidad con que, bajo ese argumento, se trata una conducta que afecta la dignidad y la vida de las personas agraviadas con el abuso sexual.
En cambio, cuando el Papa afirma que a la crisis dentro de la Iglesia, contribuyó “una preocupación fuera de lugar por el buen nombre de la Iglesia y para evitar escándalos”, da cuenta de un aprendizaje.
También se debe subrayar y celebrar que un documento de esta naturaleza se pueda publicar en esta revista y en cualquier medio periodístico. Tradicionalmente temas de esta naturaleza iban a dar a las gavetas rotuladas con la clasificación de Secreto, porque estaban escritos solo para los ojos de los altos prelados y fuera de la vista y del conocimiento del común de los fieles que, como menores de edad, podrían sufrir escándalo. La amplia difusión y resonancia de estos casos en los medios de comunicación; la creciente participación del laicado en los asuntos de la Iglesia, la conciencia cada vez más clara del impacto social de estos hechos, ha contado para que  el tratamiento de los asuntos de pederastia se haga con transparencia y ante los ojos de la sociedad.
Un nuevo subrayado destaca en este documento el lúcido realismo con que afronta la formación de los sacerdotes que necesita un mundo erotizado, con sobredesarrollo en actividad sexual e insensibilizado frente al mundo del espíritu. Para el Papa es claro que “han sido  un factor claro de la crisis los procedimientos inadecuados que determinan la idoneidad de los candidatos al sacerdocio y a la vida religiosa, y que ha sido insuficiente la formación humana, moral, intelectual y espiritual en seminarios y noviciados”. Por tanto, agrega el Papa: “se debe procurar la revisión de los procesos y criterios de selección de los candidatos a las sagradas órdenes y a la vida consagrada, así como de aquellos que se tienen para determinar la dignidad e idoneidad en orden al ministerio pastoral lo mismo que los programas de formación permanente de los sacerdotes y religiosos”.
Significativamente el documento incluye en su parte final la legislación civil y penal sobre el abuso de menores y las normas del código penal relativas al abuso sexual de menores. La Iglesia colombiana, en efecto, se ha propuesto “emprender acciones concretas en las jurisdicciones para hacer manifiesto que no encubrirá hechos ni personas, y en todo proceder de acuerdo con las leyes canónicas y civiles”. Agrega el texto del documento que “es necesario que se perciba que la Iglesia está aplicando los correctivos oportunos y está decidida a contrarrestar las consecuencias de los errores cometidos por algunos de sus miembros”.
A los errores de la pederastia se habían agregado los de una concepción de la Iglesia, como institución que está sobre cualquiera otra institución, bajo el supuesto de que lo espiritual (terreno propio de la Iglesia) está sobre lo material y temporal (que es lo propio del Estado). Por eso los papas coronaban a los reyes, concedían territorios para ser evangelizados y obispos y clérigos a través de los concordatos disponían de un régimen de excepción en lo penal.
La experiencia histórica ha desmantelado ese régimen de casta privilegiada que los eclesiásticos hubieran querido mantener, mientras escándalos como el de la pederastia, le han aportado a la Iglesia elementos renovadores para sus relaciones con la sociedad.
El documento que hoy presentamos en  algunas de sus partes es una demostración de que para la Iglesia la crisis ha sido una oportunidad de aprendizaje y de toma de conciencia de su naturaleza. VNC