Editorial

Se necesitan gestos, no palabras

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En la primera audiencia general de su pontificado, el papa Francisco llamó a “salir de nosotros mismos para ir al encuentro de los demás, a la periferia de la existencia, a los más alejados, a los olvidados, a quienes necesitan comprensión, consuelo, ayuda”. Uno de esos servicios en los que el anuncio de Francisco cobraba especial relevancia es el de Grávida, un centro de atención de emergencias de la mujer embarazada con riesgo de cometer un aborto. Así lo presentamos en al A Fondo de esta edición.

En este tiempo de preparación a la Navidad, hablar de embarazo y de vida naciente cobra un significado especial. Y más especial es, cuando decimos que el servicio de Grávida es el Evangelio de la Visitación puesto en acción. Por esa acción supone “salir al encuentro” de la mujer que sufre, que está angustiada, que no sabe que hacer con esa pequeña persona que está empezando a gestar.

Diana Florez de Castillo, Directora Nacional de Grávida, explica que este centro se instala en estructuras diocesanas y/o parroquiales (hoy en 30 diócesis argentinas, distribuida en más de 50 comunidades), pero para no permanecer en ella, sino para “salir a las periferias”, para traspasar las fronteras de la parroquia para llegar a esos ámbitos “donde están las mujeres, las niñas, las adolescentes que quieren hacerse un aborto”. Porque lo que se necesitan son gestos y no palabras.

“Nosotros hablamos de encuentros y de talleres en donde el saber se construye desde el diálogo. Nosotros no vamos a una escuela a decir: ‘Venimos a mostrarles que la vida comienza en el momento de la concepción y hay que defenderla’. No lo decimos nosotros sino que lo terminamos construyendo con los otros”. Porque lo que se necesitan son gestos y no palabras.

Con la fuerza que da la fe y convencido de la importancia del don de la vida, los miles de voluntarios de Grávida salen cada vez para ponerse al lado de esa mamá o ese papá en dificultad con su embarazo para ayudarlos a descubrir el valor de la vida de su hijo y así evitar el aborto. Porque lo que se necesitan son gestos y no palabras.

No se puede explicar la acción de Grávida sin esta idea de “salir al encuentro”. Esto es lo que explica la labor que viene llevando desde hace 25 años. Porque su servicio está basado en gestos y no en palabras.

Para muchos padres que entienden que sus hijos son un bien preciadísimo que no se pueden comparar con ningún otro placer o sensación de bienestar, es incomprensible que una mujer quiera quitarse a su hijo en medio del embarazo. Verlo nacer, criarlo, jugarle, acompañarlo, enseñarle y verlo salir al mundo son emociones difíciles de expresar. Sin embargo, la mujer que llega pensando en abortar es una mujer que está sufriendo. Porque lo que se necesitan son gestos y no palabras.

Las voluntarias de Grávida, que conocen en profundidad la problemáticas de muchas mujeres que quieren abortar aseguran que la ecografía es un gran instrumento para esa mujer que está convencida que lo que lleva en su vientre no es una vida, sino un conjunto de células. Si la mamá escucha ese corazoncito, no hace falta hablar. Porque lo que se necesitan son gestos y no palabras.