Editorial

Misionero

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“Pienso mucho en Teresa de Calcuta. Ella era una buena religiosa y una buena profeta. Pero, hasta que no se vio de cara con la pobreza más descarnada, no tuvo una verdadera conversión”. Así lo siente el casi octogenario escolapio José Alfaro. Misionero en Nepal desde hace tiempo, ya lleva fundadas 22 escuelas. También estuvo 28 años en las barriadas de Buenos Aires, y otros 10 en la India. “Ya trabajaba en un contexto de exclusión muy fuerte, pero mi impactó la situación india. Quería ir allá donde los pobres eran aun más que en Argentina”.

Un hombre que lleva en su corazón a Cristo y en su piel el servicio misionero. Una vida entregada, literalmente, que no quiso estancarse en la comodidad y por eso siempre intentó salir al encuentro.