Editorial

Más ágil y menos burocrática

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“El uso de las drogas está estrictamente vinculado a determinados ambientes sociales o a situaciones específicas de las personas. Por eso, la intervención de la Iglesia debe tener en cuenta estas realidades y ayudar a modificarlas”. Esta es la mirada que en una entrevista planteó a Vida Nueva el secretario Estado del Vaticano, Pietro Parolin. Fue durante una charla en la que analizó los desafíos que tiene por delante el papa Francisco, la renovación en la Curia romana y el panorama internacional.

En los pasillos de la Santa Sede, casi por una rara unanimidad, la gente destaca de este cardenal italiano su cordialidad, su humildad, su capacidad de escucha y su matiz humorístico en el trato cotidiano. Otros afirman que fue el gran acierto de Bergoglio, al haberlo nombrado secretario de Estado, sustituyendo a Tarsicio Bertone, designado como el mayor error cometido por Joseph Ratzinger durante sus ocho años de pontificado.

“Estoy seguro de que la reforma promovida por el Papa logrará
optimizar los recursos ya existentes en la Curia romana”

Respecto al Jubileo Extraordinario de la Misericordia, Parolin sostiene que “es un tiempo propicio de ‘conversión’ para volver al centro de la vida cristiana, de retornar a lo importante, de concentrarse en lo esencial, que es la misericordia”.

Pero este diplomático pontifico también profundizó otros temas, algunos particularmente muy álgidos, como el terrorismo: “Frente al uso de la religión para justificar la violencia, son los líderes musulmanes quienes deben condenar sin ambigüedad todos y cada uno de los actos de terrorismo cometidos en nombre del Islam. A ellos les corresponde enseñar claramente la total incompatibilidad entre violencia y religión”. Asimismo, hizo un crítica hacia adentro de la institución eclesial: “Como Iglesia católica podemos hacer más para entender el fenómeno del extremismo, cómo y por qué hay jóvenes que se dejan atraer por estas ideologías. Existen causas económicas, sociales y políticas, pero también espirituales”.

Por otra parte, sostuvo que la Curia romana debe ser “más delgada y ágil” para que pueda trabajar mejor en el gobierno y la administración de semejante institución milenaria. “Estoy seguro de que la reforma promovida por el Papa logrará optimizar los recursos ya existentes en la Curia romana, adaptando las instituciones a las necesidades de los tiempos actuales, según los principios eclesiológicos del Concilio Vaticano II”, y especialmente si lo pensamos para un estilo de gobierno como el del papa Francisco

Para el cardenal Pietro Parolin, la atención que han despertado algunos episodios vinculados a la gestión económico-financiera de la Santa Sede “expresa la justa expectativa que la opinión pública manifiesta respecto a los eclesiásticos, de los cuales, más que de los demás y con razón, se espera un estilo de vida sobrio, en la línea de la pobreza evangélica, así como un comportamiento moralmente intachable”. Esta es la clave de una Iglesia que aún sigue buscando cómo poner en práctica una cultura del encuentro.