Editorial

La sabia rectificación de Cañizares

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EDITORIAL VIDA NUEVA | La amenaza yihadista es una realidad tristemente palpable. No solo en Oriente Medio. También en Europa. Sin embargo, insinuar que no todos los refugiados que huyen también de su amenaza son “trigo limpio” supone generar una sospecha injusta que se aleja de la acogida evangélica que no entiende de credo o nacionalidad.

Es a otras instancias –como reiteradamente han subrayado los obispos españoles– a quien le corresponde regular esos flujos migratorios y ordenarlos administrativamente. Han de ser los países y, en última instancia, la Unión Europea la que establezca una política de migraciones razonada, razonable y no excluyente.

Es cierto que cualquier palabra pronunciada por la Iglesia que desentone tiene mucho más eco que su labor diaria de asistencia a quien nada trae. Quizá por eso, las disculpas y la rectificación del cardenal Cañizares llegan a tiempo y responden a esa acogida sin preguntar.

En el nº 2.961 de Vida Nueva. Del 24 al 30 de octubre de 2015

 

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