Editorial

La Iglesia puede entenderse con el mundo

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Publicado en el nº 2.602 de Vida Nueva (Del 23 al 29 de febrero de 2008).

Hay un denominador común en el contenido y en el tono de las intervenciones que hubo en el seminario que sobre “La Iglesia en la España de hoy” organizó Vida Nueva el pasado día 14 como primer acto de su 50º aniversario. Un amplio auditorio pudo escuchar mensajes positivos en las distintas intervenciones que se sucedieron a lo largo de la mañana: Francesc Torralba, Fernando Sebastián, Jordi Pujol, Antonio Pelayo, Pilar Cernuda, Fermín Bocos, Juan Pedro Valentín y Oriol Domingo. Todos ellos, cada uno en su lugar y desde su perspectiva propia y personal, hicieron un perfil del cristiano español hoy e invitaron a los cristianos y a la Iglesia a seguir mostrando y proponiendo su mensaje en la sociedad española actual con valentía propositiva y no con valentía desafiante. Tono y contenido que es la línea de esta revista, que se vio arropada por cerca de 300 personas en un momento significativo e importante. En este número, además de la información, acercamos el contenido de las intervenciones de ese día. Es un esfuerzo que hacemos con gusto y que se nos ha pedido por parte de muchos de los que no pudieron asistir o de los que, incluso habiendo asistido, desean volver a sus contenidos.

De todo cuanto se dijo hay algo que deseamos destacar con especial interés y es la capacidad de conectar de los dos eméritos de lujo invitados. Tanto Jordi Pujol, ex presidente de la Generalitat de Cataluña, como Fernando Sebastián, arzobispo emérito de Pamplona-Tudela, demostraron que es posible entenderse y dialogar, incluso teniendo ópticas distintas de la realidad y viendo las cosas de forma diversa. Es posible el entendimiento. El político, pese a las muchas limitaciones que tiene en el ejercicio del poder, no puede cerrar los ojos a la realidad de un país que tiene en lo religioso una de sus bases históricas, culturales y espirituales. Legislar al margen de esta realidad es un error que se paga en las urnas y que, a la postre, no ayuda a la convivencia democrática, generando enfrentamientos y confrontaciones como las que está viviendo nuestro país en estos útimos meses. Por su parte, el sector de la Iglesia que no esté dispuesta a dialogar y que se resiste a levantarse de la poltrona en la que la han sentado viejas formas de situarse en nuestra sociedad, no debe imponer su verdad, sino proponerla con libertad y equilibrio, entrando en diálogo con el mundo al que busca porponerle la fe.

Ambos eméritos lo pudieron demostrar en la conversación que llevaron a cabo durante el seminario celebrado por esta casa. En el resto de las intervenciones que hubo también destacó el carácter propositivo de las ideas expuestas, y que abundaron en la necesidad de respeto, diálogo y visión positiva de la sociedad.

Un reto y una demostración para todos: es posible el entendimiento desde la verdad de cada uno y desde el servicio común a los hombres y mujeres a los que servimos. Es un buen tono el que se vivió en este acto de la revista, y es ése el tono que en esta casa buscamos darle a cuanto hacemos y buscamos en bien de la Iglesia y del mundo.