Editorial

La Doctrina Social de la Iglesia, mejor a pie de obra

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El Vaticano ha acogido por primera vez un encuentro de responsables sindicales de todo el mundo, a petición de un Papa porteño que conoce de primera mano cómo estas organizaciones pueden contribuir a la defensa de un trabajo digno, amén de los riesgos y el daño que puedan provocar si, de alguna manera, acaban conchabados con el poder.

Sin embargo, este foro romano no solo buscaba alentar a los sindicatos para ser fieles en su tarea a favor de los trabajadores, sino apelar a la Iglesia para que se acerque a ellos con el fin de reforzar su compromiso evangélico por un verdadero desarrollo humano integral, que pasa por tener voz y prensencia en el ámbito laboral.

En este camino, ayudaría mucho replicar esta fórmula vaticana de acercamiento a escala local. ¿Cómo? Por un lado, dejando de mirar con cierta distancia y sospecha a la Hermandad Obrera de Acción Católica y reactivarla en las diócesis donde sigue silenciada. Por otro, promoviendo un diálogo fluido y constante con los sindicatos mayoritarios, para pulsar y compartir las preocupaciones de los trabajadores de hoy.

Solo a pie de obra, y como aliados, se puede materializar la Doctrina Social de la Iglesia.

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