
Marcha en el 30º aniversario del asesinato de Óscar Romero
EDITORIAL VIDA NUEVA | Aun admitiendo que la situación de los derechos humanos en El Salvador ha cambiado desde el final de la guerra en 1992, no parece que el cierre de la Oficina de Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador sea el mejor modo de adaptarse a las “exigencias sociales” del actual momento histórico, como argumentan.
Nuevos flagelos (narcotráfico, violencia juvenil…) azotan al país centroamericano, pero las víctimas, ayer y hoy, siguen siendo las mismas: los pobres. Reparar su memoria herida y devolverles la dignidad es un imperativo evangélico innegociable.
Todo lo demás, desde esta polémica medida hasta las reacciones suscitadas, sin olvidar las dudosas formas del proceso, pasa a un segundo plano cuando la vida de los más debiles está en juego.
En el nº 2.870 de Vida Nueva. Del 9 al 15 de noviembre de 2013
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