Editorial

CONFER inicia una etapa de esperanza

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Publicado en el nº 2.683 de Vida Nueva (del 14 al 20 de noviembre de 2009).

La XVI Asamblea General de CONFER termina sus trabajos con la elección de un nuevo presidente. Empieza una nueva etapa y, cuando algo comienza, se renuevan las oportunidades, los deseos e intenciones. La esperanza se hace un hueco. La vida consagrada en España no es uniforme, sino plural, en la comunión eclesial. CONFER tiene que ser expresión de esa rica pluralidad. Pero no conviene ser ingenuos ni reduccionistas. La institución no lo es todo en la vida consagrada, que no puede renunciar a sus propios órganos de comunión y reflexión, como dijo a Vida Nueva la pasada semana el secretario de la Sagrada Congregación de Religiosos y Sociedades de Vida Apostólica, Agostino Gardin.

Pasa una etapa. Acaban ahora cuatro años en los que el equipo de CONFER ha venido sirviendo a los religiosos y religiosas, sobre todo a las congregaciones más pequeñas; y lo ha hecho con honestidad y claridad. En su haber, muchos servicios de animación pastoral, orientación jurídica y sanitaria, criterios de reorganización, comunicación ad intra y ad extra, y una larga lista de servicios variados, que quizá no son noticia ni sirven a la polémica, pero son muestra de su vitalidad. Ha habido ciertas notas de ingenuidad, siempre desde la buena intención, pero sobre todo, ha habido un trabajo de fondo que sería injusto no valorar. Se va un equipo que ha dado a esta institución ilusión, ideas y una entrega que hay que agradecer y destacar. Todos ellos han puesto su grano de arena para ayudar a quienes sirven a la Iglesia desde la vida religiosa.

Acaba una Asamblea en la que se han percibido seriedad y ganas de orientar bien el futuro de CONFER. A la hora de cerrar este número, aún no se había procedido a la elección del nuevo presidente. Independientemente de su nombre y de su perfil, hay algo que va quedando claro y es que hace falta vigorizar la misión del religioso en la Iglesia, desde la profunda reflexión interna. Los religiosos y religiosas españoles entienden que su vida y misión tiene que estar más orientada, más ceñida, más atinada en los verdaderos ejes de actualidad de la consagración: la vida en común y la misión. Consagración, comunidad y misión.

A CONFER no le corresponde ahora el titular periodístico llamativo, sino la serena y activa reflexión, reorganización y posicionamiento en la vida de la Iglesia. La CONFER necesita profundizar en algo que ya tiene, y de cuya carencia no es justo acusarla: la comunión con los pastores. No se puede vivir anunciando desencuentros ni se puede vivir ignorando las desconfianzas por parte de algunos obispos. La comunión exige muchos esfuerzos y los religiosos los vienen realizando, desde su libertad evangélica. No hay dos Iglesias: la conservadora, representada por la CEE, y la progresista, que representarían los religiosos.

Eso es jugar a un peligroso reduccionismo. Los pastores tienen que descubrir que en la construcción de la iglesia local, CONFER es muy necesaria. Un nuevo presidente y un nuevo equipo. Queda ahora mirar al futuro para seguir sirviendo a la misión en esta Iglesia y en esta época, con lo específico que aporta la vida religiosa.