Editorial

¿Libertad religiosa o control de las religiones?

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Publicado en el nº 2.675 de Vida Nueva (del 19 al 25 de septiembre de 20099.

La reforma de la Ley de Libertad Religiosa está en la bandeja de asuntos pendientes del Gobierno de Rodríguez Zapatero. El calendario legislativo sufre sus cambios mientras que el calendario electoral asoma con la crisis económica como telón de fondo. Reforma de leyes que ya habían sido promulgadas, como la de la interrupción voluntaria del embarazo o esta misma de la libertad religiosa están sobre la mesa de un Ejecutivo al que cada día se le abren nuevos frentes. Mientras tanto, aunque retrasada en calendario, va tomando fecha la reforma de esta norma que regula un derecho fundamental y sobre la que se viene trabajando desde hace tiempo en ciertos círculos filocristianos. Todo parece indicar que se tratará de un maquillaje o, al menos, es lo que se va vendiendo desde los organismos pertinentes, como son el Ministerio de Justicia o la Dirección General de Asuntos Religiosos. Según sus responsables, se trata de acomodar la ley a los tiempos actuales, sin tener en cuenta que esta ley es bien moderna y contempla aspectos diversos para todas las confesiones religiosas, incluida la católica que, a nadie escapa, es la más numerosa, pese a que a algunos responsables políticos les molesta. Más quisieran una melange de religiones a la carta con las que negociar directamente cuando sea necesario, que un diálogo interreligioso serio y de fondo en el seno de las mismas religiones. Hay que temer un deseo de control gubernamental de la actividad religiosa en el país. Pretenden convertirse en un espacio de diálogo desde la asepsia total robando a las religiones lo que les es propio: el entendimiento al que toda trascendencia invita. Hacer de las religiones unos convidados de piedra en sus proyectos es lo que pretenden quienes han preparado el borrador de esta ley.

Para algunos de los responsables socialistas, se trata de eliminar símbolos, pero de consolidar derechos. Se trata de arreglar los libros de protocolo del Estado para eliminar referencias religiosas históricas, para transmitir esa asepsia tan peligrosa que cualquiera puede mancillar. Se trata de que aquí nadie sea señalado por su credo religioso, pero resulta que en España, ya hace muchos años, se ha madurado en el respeto a otras confesiones religiosas, y un país que históricamente ha podido ser escenario de lucha de religiones, hoy manifiesta un profundo respeto a todas ellas.

Los arreglos de la ley tocarán a partes importantes y no se detendrán en el símbolo. No se trata de encalar la fachada, sino de eliminar algunos tabiques y por eso la reforma necesita permiso del Parlamento. Vida Nueva se hace eco hoy de este aspecto que durante el otoño será de actualidad. En el Pliego abordamos una fundamentación de la Libertad Religiosa, a la vez que nos acercamos a otros países europeos para conocer su experiencia en este campo: República Checa, que el Papa visitará a finales de este mes; Francia, en donde Benedicto XVI habló de laicidad positiva; Reino Unido, Portugal e Italia. Una lectura de este trabajo nos ofrece una idea de cómo trabaja Europa en este ámbito tan peliagudo de la libertad religiosa.