Editorial

Los jóvenes y la renovación de la Iglesia

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Publicado en el nº 2.635 de Vida Nueva (Del 8 al 14 de noviembre de 2008).

La transmisión de la fe ocupa el primer plano de las solicitudes de la Iglesia. La crisis por la que atraviesa esta transmisión, especialmente en las nuevas generaciones, parece poner en cuestión el futuro mismo del cristianismo y produce un malestar religioso entre los cristianos.

El paisaje socio-religioso ha cambiado mucho. Y sigue cambiando. En este contexto, ¿cómo despertar a los jóvenes a la fe? ¿cómo se les puede convocar? ¿Cómo aprehender la novedad a la que nos enfrentamos?

Las mentalidades se han secularizado, la pluralidad estalla por todas partes, la memoria cristiana se pulveriza, la práctica religiosa continúa flaqueando. La religión ha llegado a ser para unos un asunto del pasado y, para otros, una opción personal que se quiere tener y mantener en el secreto íntimo de la conciencia. 

Hay que constatar la realidad evitando caer en la nostalgia o en el desconcierto. Conviene, incluso, adoptar una mirada positiva y una actitud de simpatía hacia este mundo y hacia este momento. Este mundo y esta época que Dios ama. Como afirmaba la Madre Teresa, “los momentos difíciles pueden resultar los más evangélicos”. 

Existen muchas personas e instituciones eclesiales que viven con pasión y gratuidad la evangelización de los jóvenes. También hay muchos jóvenes que esperan que alguien les escuche, les quiera y ame incondicionalmente. Sin embargo, es indispensable evaluar y repensar las posibilidades y los límites de los diversos lugares y modos en los que se hacía tradicionalmente la propuesta de fe: las familias, las parroquias, los centros educativos, etc., y también en los nuevos areópagos: los medios de comunicación, los canales de distribución cultural, etc.

Hoy se requiere una pastoral con jóvenes más cristiana, centrada en la construcción de la identidad personal, apasionada por la justicia, en definitiva, más enraizada en lo más nuclear de la vida cristiana. Para ello, se necesita partir de la experiencia espiritual que ya viven, recuperando la interioridad y el corazón como destino final de su mensaje, que no es otro que la presencia real y concreta del amor de Dios, acentuando una fuerte personalización de los procesos y recuperando un nuevo lenguaje de Dios que pueda acompañar la narración que cada uno hace y rehace de su vida.

Benedicto XVI dice que “la pastoral juvenil requiere esfuerzos y soluciones especiales”. Uno de estos esfuerzos es el Fórum de Pastoral con Jóvenes que se celebra del 7 al 9 de noviembre en  Madrid, y al que dedicamos nuestro Pliego. Esta iniciativa pretende hacer memoria, encontrarse y soñar la pastoral con jóvenes para animar y acompañar vocaciones evangelizadoras. Se trata de construir algo juntos y compartir los “mapas de intentos”, explorando nuevos caminos y redes que gesten vocaciones evangelizadoras en la sociedad a favor de los jóvenes. Ante tantos escenarios plagados de desunión, este proyecto es una invitación a vivir la comunión eclesial, mostrando la rica diversidad de la pastoral con jóvenes en nuestro país y posibilitando un mejor encuentro de los chicos y chicas con Dios en cada diócesis.