Redactor de Vida Nueva Digital y de la revista Vida Nueva

¿Qué pinta Dios en las letras de trap y reggaetón? (I parte)


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Atención, esta entrada del blog no está recomendada para todos los públicos.

Agosto es para un periodista una oportunidad para experimentar formatos y reportajear la vida más insólita que el ritmo de las semanas durante el curso oculta entre lo previsible y lo indómito. Todo ello, lo hace tiempo propicio para surcar terrenos diferentes a los habituales. Por ello, en estas primeras semanas del mes de agosto, exploramos en este blog si se está produciendo la tan anunciada ‘vuelta a lo sagrado’ en el género que está marcando a una generación de adolescentes –y algunos que rebasan este periodo vital–. Y que quienes pasamos una buena parte de nuestro tiempo con ellos –aunque sea a través de la teledocencia en los últimos meses– no podemos esquivar o mirar para otro lado.



Presupuestos iniciales

Antes de meternos en algunas de las composiciones más trascendentes que triunfan en el reggaetón –raperos como Kanye West, C. Tangana y su ‘Heaven’ o el flamenco Daviles de Novelda ya han pasado por el blog–, algunos previos para tratar de situar la cuestión que encabezará el blog en estos lunes:

1. El camino de la Iglesia para comprender que la música ‘religiosa’ puede ir más allá del contexto litúrgico y celebrativo está por recorrer. Aunque hay un buen trecho andado, en determinados contextos no ha enraizado este sentir. Los medios, la calidad musical, la fuerza y riqueza de la tradición, el desinterés de los creadores… pueden ser algunas de las causas.

2. Vinculado a lo anterior y aterrizando en los más jóvenes, ‘Christus Vivit’ presenta la música como uno de los ámbitos “para desarrollos pastorales” específicos. “Del todo peculiar es la importancia de la música, que representa un verdadero ambiente en el que los jóvenes están constantemente inmersos, así como una cultura y un lenguaje capaces de suscitar emociones y de plasmar la identidad. El lenguaje musical representa también un recurso pastoral, que interpela en particular la liturgia y su renovación”, señala el papa Francisco citando el Documento final del Sínodo de los Jóvenes. Para Bergoglio, “el canto puede ser un gran estímulo para el caminar de los jóvenes. Decía san Agustín: Canta, pero camina; alivia con el canto tu trabajo, no ames la pereza: canta y camina […]. Tú, si avanzas, caminas; pero avanza en el bien, en la recta fe, en las buenas obras: canta y camina’”.

3. Estos principios de fondo no implican una apuesta en exclusiva por un género o estilo musical concreto, por ello viene bien explorar las listas de reproducción de más éxito entre los propios jóvenes. Ahí aparece el reguetón o reggaetón –palabra creada por Daddy Yankee– como el trap caribeño, una evolución del reggae, el hip hop y la música latina. Un cóctel explosivo que marcó la primera década del siglo XXI y cuyo éxito en lugares como Puerto Rico y Panamá ha sido insospechado. La clave de toda polémica está en el sentido educativo de sus letras y su dudoso gusto a la hora de tratar temas como las drogas, las relaciones entre los más jóvenes, el rol social de la mujer, la superficialidad y el relativismo moral o la consolidación de determinados estereotipos. Además, como otros fenómenos musicales, más allá de las canciones, el reggaetón ha inspirado estilos, vestimentas, tatuajes o expresiones comunes…

¿Qué pinta Dios o una propuesta trascendente seria en este universo de extrañas lujurias, relativismo práctico y de puro pensamiento posmoderno? Esto es lo que vamos a buscar hoy en Anuel.

Anuel AA

Muchos chicos repiten inspirados en este cantante puertorriqueño de 27 años lo de “real hasta la muerte”. Emmanuel Gazmey Santiago es el nombre que está detrás de este artista en cuyas giras por España se han agotado todas las entradas. Considerado una auténtica superestrella, la polémica le ha acompañado siempre porque hace de su machismo casi una parodia de sí mismo. Una estética marcada por flequillos rectos, cadenas de oro hasta la extenuación y exageraciones que están en sintonía con sus propias letras. En su carrera por la fama fue detenido en 2016 y en su coche llevaba una auténtico arsenal con tres pistolas, 9 cargadores y 152 municiones. Y es que las armas son también uno de sus caprichos. Su rifle favorito se llama ‘Messi’.

Y es que su paso por la cárcel es un elemento de su carrera artística. Algunos de sus éxitos se han fraguado entre rejas. Él las grabó desde el teléfono público de la prisión con el que hablaba con su productor, mientras sus seguidores pedían su libertad en redes sociales –cumplió 10 meses de los dos años y medio de condena, dice que por lo descarnado de sus letras–. A los más críticos, se defiende diciendo que canta lo que ha vivido en la calle. Aunque Anuel ha ido a colegios privados estudiando piano y su familia es de posibles.

Y de lo humano a lo divino. Anuel se autodenomina el Dios del trap. Aunque hay muchos temas con menciones explícitas, vamos a quedarnos con estos dos compartidos con algunos colegas del sector. Con Ozuna tiene la canción ‘Cambio’. Parecen mostrar un desencanto por la escasa respuesta –frente a intereses por cosas como el dinero– a algunas buenas acciones: “Tantos panas que ayude, tantas jevas que confié, todos fueron Judas, tú lo viste. Tanto que yo me esforcé todos con su mala fe, les demostraré que Dios existe”. “Todos son panas falsos, Judas a Jesucristo le dio un beso. Todos te hacen coro por los cuartos y no fueron parte del proceso… Y por eso: todos se viran por dinero, todos se van cuando está en cero”.

La conversión llega cuando llega una experiencia por la muerte de alguien cercano. “Me trancaron y se olvidaron y hasta un hijo a mí me abortaron. Y en el cementerio los vivos como un muerto a mí me enterraron y mi mejor mi amigo se murió. Pero mi vida Dios me la cambió. Ahora estoy comprándole a mami una casa de más de un millón”. Luego ya surge lo de la mujer: “Yo sé que estamos pecando. Dios, perdóname ella está provocando”.

Más famoso es el tema que ha interpretado junto a otro referente del trap caribeño, Bad Bunny. La canción se llama ‘Está cabrón ser yo’. Como cualquier seguidor de la teología de la prosperidad, ambos alardean de la bendición de Dios. “Ey, a mí fue que Dios me bendijo (Amén). Mi camino yo lo elijo como yo quiera. Los reyes de la nueva era, la Lamborghini en la cochera, más de cien mil en la cadena…” es la propuesta de su “nueva religión”. Y quienes están al otro lado, no parecen estar a la altura: “Ustedes son flojos hasta tuiteando, se hacen los malotes y después los ves rezando”, acusan.