José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

No abusar de Dios


Compartir

JUEVES

En Cáritas Española respiran. Y celebran. Motivos haylos. Salen adelante sus estatutos por unanimidad del Episcopado. Ni un solo voto en contra. Hacía décadas que no ocurría. Cum laude excepcional en Añastro. Premio a una década de minucioso trabajo para que sea el marco de todos los que abanderan la caridad, tanto en el ropero como en el despacho diocesano. Culminación de un tejer realmente sinodal frente a los intentos de antaño que buscaron imponer una enrevesada refundación para controlar el grito de los pobres.



VIERNES

Plenaria finiquitada. Con decepción de muchos. Por la filtración con pelos y señales de cuanto aconteció a puerta cerrada. Aviso a sus señorías sobre algo más que una indiscreción que no tenía fines periodísticos. Pero ahí no parece darse nadie por aludido. Sibilino disimulo con el pectoral al cuello, tanto del topo como de quien se sirvió de su autoridad mitral para mofarse de la colegialidad con un nombre escrito en un papel. Así quiebra la comunión quien acostumbra a regalar excomuniones.

SÁBADO

Ordenación episcopal de José María Avendaño Perea. En un corrillo recuerda cómo el difunto Fernández-Golfín le dijo en una ocasión: “Un obispo auxiliar no es para que el obispo trabaje menos, sino para llegar a más”. Mejor no cabe.

Tarde formativa del ITVR. Jornada de estudio de los claretianos sobre abuso de poder y de conciencia en la vida consagrada. Lapidaria Nurya Martínez-Gayol. Ni una coma, ni un pero. “Cuando en el Código de Derecho Canónico se pide que el superior ejerza el servicio de su potestad gobernando a sus súbditos como a hijos de Dios, téngase en cuenta que si el que gobierna ocupa el lugar de Dios, el que obedece será para él imagen de Jesucristo. Si le maltratara, maltrata a Jesucristo. Y si abusara de su conciencia, abusa de Jesucristo”. Anótese también lo que sigue: “¿Acaso Dios habla solamente en el corazón de los superiores, o lo hace en el de todos?”.

LUNES

Carlos Herrera entrevista al nuevo secretario general de los obispos. Le descubre como patrón de barco. Sorpresa para García Magán, que no lo incluye ni en su currículum. Pero confiesa. “Me gusta mucho el mar, soy muy marinero. Un verano me apunté a una escuela náutica, hice el examen y, humildemente, lo aprobé a la primera”. Título más que pertinente en tiempo de marejadas eclesiales y tsunamis políticos.

Lea más: