Los primates de lo digital


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Después de leer las explicaciones de un profesor al dejar su cátedra en la facultad de periodismo-comunicación, me he puesto a pensar, no tanto en los candidatos a periodistas o a comunicadores, sino en todas esas personas que hoy habitan ese planeta nuevo de lo digital. Parece herético preguntarlo, pero no puedo dejar de hacerlo: ¿comunican los nuevos medios de comunicación? ¿Logran unir y hacer comunidades las redes sociales?

“Dejo la cátedra porque no me puedo comunicar con los nativos digitales”, explica el profesor y nos hace evocar los esfuerzos de Robinson Crusoe para comunicarse con ese nativo antropófago al que llamó Viernes, mediante el recurso a la mímica, a la onomatopeya, a la interjección, a los sonidos elementales. Con Viernes esos recursos lograron el milagro de la comunicación, que no pudo obtener el profesor con estos otros nativos, habitantes del mundo digital.
Los comentarios a su carta renuncia plantean las preguntas: ¿de quién partió la incomunicación: del profesor o de los nativos? ¿Fue él quien utilizó unas formas de comunicación ineficaces que, finalmente, levantaron un muro infranqueable de separación? ¿Fueron los alumnos quienes, aislados en su mundo fueron destruyendo, uno tras otro, los puentes que habrían permitido comunicarse?
El profesor menciona esos puentes: “la curiosidad se esfumó de estos veintiañeros alumnos míos”. En efecto, la curiosidad es un puente para la comunicación porque señala los límites de la autosuficiencia personal, indica la necesidad de acudir a otros y saca a la persona de sí misma y de su limitado horizonte individual. Hay una semejanza patética entre el ambiente en penumbra de la caverna primitiva, iluminada tan solo por el resplandor mortecino del fogón familiar, y el estudio del cibernauta, iluminado apenas por la pantalla que concentra toda su atención. Quedarse sin preguntas y dentro de la gris sumisión a lo que se da por hecho e inmutable, es una muerte parcial del humano, que el profesor describe en su carta como “apatía, menos curiosidad, menos proyectos personales, menos autonomía, menos desconfianza, menos ironía y espíritu crítico”. Una vigorosa descripción del desmantelamiento de un puente para la comunicación.
Y así como el exceso de informaciones desinforma, la superabundancia de comunicaciones: vínculos, chat, youtube, twitter, facebook y celulares, incomunican porque, agrega el profesor refiriéndose a sus alumnos: “han perdido la capacidad de concentración, de introspección, de silencio, la capacidad de estar solos”. Solo en soledad, en silencio, nacen las preguntas, las ideas, los motivos. Pero, agrega la carta: “los nativos digitales no conocen la soledad ni la introspección”.
El uso de las nuevas tecnologías está derivando hacia la multiplicación de solitarios incapaces de la soledad y del silencio. Aturdidos por el alto volumen de sus audífonos se los ve ausentes, como en una burbuja, incapaces de estar consigo mismos y con los otros. Coleccionan seguidores en twitter y amigos en facebook, pero amigos y seguidores que no son compañía. Son solo nombres, perfiles, territorios, contertulios virtuales con los que se defienden de la soledad como de una enemiga. Escuchan hasta embotarse, el ritmo monótono y mecánico de su música, que tiene el aparente objetivo de derrotar y alejar el silencio, del que huyen como de una amenaza.
En el lenguaje común, todo esto se les atribuye a los medios, pero ni la televisión ni internet ni los celulares fueron hechos para limitar las posibilidades de nadie. Su conversión de medios originalmente inocentes en instrumentos nocentes, es decir dañinos, es responsabilidad de quienes los usan. Los medios de las nuevas tecnologías son lo que se quiera hacer con ellos. Así como pueden usarse para aislar, dispersar y trivializarlo todo, cuentan entre sus posibilidades las de facilitar el acceso a nuevos conocimientos, multiplicar las vías para llegar a los otros y de crear las plataformas para construir comunidades.
Si esto es así es urgente preguntarse si existe la formación para crecer en humanidad con la ayuda de la tecnología. O si una enseñanza de técnicas y nada más, está dejando a estas generaciones de hoy como simples y primitivos nativos digitales. VNC