Los jóvenes se divorcian mucho menos. Según datos del INE publicados respecto a 2022, los divorcios de menores de 40 años se han reducido un 41% a lo largo de los últimos diez años y también han bajado el 12% los de los cuarentañeros. En cambio los de mayores de 50 años continuaron incrementándose un 15%.
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Los resultados publicados por el INE respecto a disoluciones matrimoniales son muy reveladores si uno examina la distribución por tramos de edad en los últimos diez años. En 2014 se alcanzó el máximo que superó los cien mil divorcios anuales, cifra que ha descendido hasta situarse en 2022 en 81.302. Es acertado concluir que ha habido un descenso en el número de divorcios en España, pero si lo analizamos por edades, podemos afinar más nuestras conclusiones.
Entre los mayores de 60 años, los divorcios han continuado en ascenso: eran 5.711 en 2013 y han seguido aumentando hasta situarse en 2022 en 7.643. Aquellos que se divorcian en la cincuentena también han continuado aumentando, de 17.469 en 2013 a 19.583 en 2022: una cifra que se ha estancado en torno a los veinte mil en la serie.
Sin embargo, hay un visible descenso entre los que se divorcian a los cuarenta: de los 37.447 de 2013, ha bajado hasta 32.831, una cifra casi tan baja como el año de pandemia (32.457). Más acusado es el descenso de divorcios entre quienes se divorcian a los 30: 30.758 en 2013 y 18.135 en 2022. Se han divorciado casi tantos treintañeros en 2022 que durante el año de pandemia (2020: 17.978). En 2022 se ha divorciado un 40% menos de treintañeros. Si observamos la franja de edad de divorciados entre 25 y 29 años, el cambio también es acusado: 4.450 en 2013 y 2.548 en 2023, un 43% menos.
Al analizar la evolución de los divorcios de jóvenes, concluimos que en la última dé cada se han reducido en un 41%. Los cuarentañeros han reducido un 12% su divorcio y los mayores de 50 han aumentado sus divorcios el 15%. Así pues, el titular más interesante es: los jóvenes matrimonios reducen sus divorcios en un 41%.
¿Cuáles pueden ser las razones?
Es probable que estén interviniendo tres factores: primero, una mejor selección de parejas por el noviazgo de convivencia; segundo, los que se casan dan un paso más seguro y comprometido; tercero, se percibe una mayor valoración del matrimonio.
- Primero, en la sociedad se ha generalizado la mutua convivencia como una última etapa del noviazgo, en que la pareja se conoce mucho más compartiendo hogar, y es probable que eso sea un filtro que permite seleccionar mejor pareja y, por tanto, que haya mayor seguridad.
- Segundo, en la masa de parejas que conviven hay un grupo que da el paso al matrimonio y cada vez lo hacen más libremente por opción, ya que las presiones sociales y familiares se reducen progresivamente. Quienes se casan, lo hacen cada vez más como una opción libre y consciente, y por tanto son matrimonios con mayor seguridad y compromiso.
- Tercero, en una encuesta de 2019 sobre nupcialidad, realizada por la Cátedra Amoris Laetitia de la Universidad Pontificia de Comilllas, ya se había captado una mejora en la valoración del matrimonio entre los jóvenes menores de 35 años. Es posible que tras una etapa en que el matrimonio ha sido una opción mucho más libre entre las jóvenes parejas, al no ser una obligación social, el matrimonio se haya valorado más y se contraiga con mayor conciencia.
