José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

La comunidad resucita


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JUEVES 24. Antonio me hace caer en la cuenta de que la cena de Jesús con los suyos no es un óleo sobre lienzo estático, donde el espectador solo contempla a un Judas con sus monedas preparadas para la traición. Aquella fiesta supuraba recelos, incomprensión y algún que otro enfado. Idealizamos hasta deshumanizar a un Dios encarnado. Deshumanizamos a sus amigos hasta convertirlos en estereotipos. Y solo eran hombres. Con sus llagas.

VIERNES 25. Cada estación en una parroquia. El empeño de estar en todos los sitios. Sin tentación de omnipresencia. Un vía crucis a toda mecha. Pero sin multas. Que se sepa. Con algún desajuste de horario. Pero con todos. Osoro.

SÁBADO 26. Parroquia San Rafael Arcángel. El jueves repartieron una mano abierta en un papel, como las del Jesús que se da en la cena y se pone al servicio en el lavatorio. En la tarde del viernes, se entregó una pintura para manchar esas manos que también crucifican. Ahora, en la Vigilia, nos regalan una pegatina con un cirio pascual para iluminar esas heridas, para dar luz a esas manos que quieren abrirse de nuevo. La comunidad resucita.

DOMINGO 27. Entre los adoquines inertes junto a mi portal, una espiga. Pequeña. Se ha abierto paso entre el cemento. Losas que facilitan el camino pero que no dejan crecer la vida. Salvo en las esquinas. Por ahí se cuela el grano. A la vera. Y nace. Cuando nadie apostaría. Pascua a pesar de todo.

LUNES 28. “¿Por qué lloras, mujer?”. Hacía tiempo que no me preguntaba el motivo de mis lágrimas. Simplemente las dejo escapar cuando brotan. En privado. En público me contengo. O lo intento. Pero el otro día fui incapaz. Cuando me quise dar cuenta, se dejaban caer por la mejilla. No eran de tristeza. Sí de conmoción. Quizá haya tocado esas entrañas latentes. Quizá.

MARTES 29. El emérito entre los eméritos no para. Aunque no salga a escena. En pleno Año de la Misericordia de Francisco, prefiere una peregrinación a la alemana. A Roma va. A Montserrat. Tomado como centro de operaciones. Pero, por Santa Marta, no pasa. Tampoco se le espera. Sigue pensando que le tienen que invitar y que se le debe más que una explicación.

jose.beltran@ppc-editorial.com

En el nº 2.982 de Vida Nueva