José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

Familias sin Francisco


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VIERNES

Hubo un tiempo en el que se inventó un lío de faldas de una alcaldesa para menoscabar su honor. Aquello nació del entorno de un báculo. El tiempo tumbó aquel bulo afectivo, la susodicha no pagó peaje alguno, pero los autores del rumor siguen a pie de altar. Hoy me entero de otro embuste inventado por alzacuellos y reenviado por otros tantos. Chismorrea sobre el sexto, que algo queda.



SÁBADO

Un amigo me cuenta que lleva dos años en un grupo de matrimonios. Un método en auge. Feliz por las herramientas que están adquiriendo como pareja, por sentirse comunidad entre pares. Porque están conociendo a fondo las propuestas de Juan Pablo II. Le pregunto por ‘Amoris laetitia’. Cara de póker. Ni la han citado. Ni se la ve venir. Tampoco se aplica el itinerario de catecumenado aprobado en junio. No se trata de un grupo marginal, sino de la apuesta formativa que hoy por hoy tiene el tirón. Con aval diocesano. Familias sin Francisco. La oposición silenciosa se fragua en cada reunión. Por omisión.

LUNES

Hay quien vive obsesionado por ver la ideología de género en el menú de mediodía, en las señales de tráfico, en el perchero del colegio… La amenaza de los lobbies. ¿O eran zombis? Lo mismo da cuando se trata de la psicosis por lo afectivo-sexual. Me remito a lo que nos decía mi padre cuando nos daba por un tema: “El género idiota”.

MARTES

Vida Nueva tiene el privilegio de contar con un Consejo Editorial que se reúne con la suficiente frecuencia como para alentar, apostillar, tirar de las orejas y cuanto les plazca a este equipo. Siempre con motivos. Hoy puedo decir que queda inaugurado un consejo editorial ampliado. En la cuarta planta de la residencia de los carmelitas de Ayala. Carmen y Pilar. A partes iguales, desgranan la revista con la minuciosidad de unas lectoras apasionadas, una formación que ya quisiera para mí y la frescura de quienes suman experiencia en lugar de años. En dos horas, hemos arreglado el mundo y la Iglesia. Y a lo que no encontrábamos salida, Pilar le daba boleto: “Cuestión de funerales”.

MIÉRCOLES

Casi dos meses después del terremoto de Turquía y Siria, nos hemos olvidado de las ruinas y de los arruinados. Todos. Menos Francisco. Si por él fuera, se habría plantado ya. Igual que en L’Aquila. Igual que en Filipinas.

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